Quema el sol a través del cristal, ya he cerrado la ventana. Días como este se empiezan facilmente bien, casi sale sola la sonrisa y entran ganas de quitarse la ropa y que el sol caliente más.
Subo a la terraza, es pronto todavía y da gusto ver cómo está el cielo, tan abierto a todo, claro como algunas ideas; no hay nubes grises, solo alguna blanca y parecen palpables, suaves... pesan menos que las demás.
Nada. No hay nada más y tampoco lo busco.
Me tumbo y la cabeza se va, antes de darme cuenta ya estoy muy lejos; que cada poro vibre al sol.
Calor. Que bueno.
(((maca)))
miércoles, 30 de marzo de 2011
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