La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

martes, 15 de julio de 2014

Instantes

En mi mente esta la guitarra que va a venir, y sin sonar la escucho, detenida a unos metros de las olas, insertando entre traste y traste palabras como "calma" y "cielo". Las nubes y la niebla se despidieron, no espero a nadie y nadie me va a esperar.
El mar repta como queriendo abrir paso a caminos nuevos, a mis pies sacudiendo la arena, a las algas que juguetean con los pequeños cangrejos que suben y bajan las rocas, invisbles para todos los que vienen a disfrutar aquí del sol. La marea ha llegado al punto de cambio, parece que ahora quiere subir y sacudirnos las ideas. Desde donde estoy mi mayor problema es no ser pez para poder pasarme los días con Neptuno, así que cada pequeño, diminuto y breve instante de soledad lo disfruto hasta extasiarme.
La playa esta espléndida hoy, ella sabe que para mis ojos siempre ha sido la mejor, pero hoy se me muestra radiante, como para que hable de ella, para que la mime, a cambio de dormir aqui mis sueños, con ella.
Escucho una risa de niña y vuelvo a pisar con los pies la arena, puede ser que alguien rubio y diminuto si espere que le haga caso.

(((maca)))

martes, 8 de julio de 2014

A ti, periodista

Parece que fue ayer cuando eras niño, y que fue hace bien poco cuando decidiste que lo tuyo era el periodismo. Te gustaba escribir y salir en primer plano en cualquier video familiar o con los amigos. La clase de lengua se te hacía más amena siempre que había que redactar qué habias hecho el fin de semana o que tal lo habías pasado en las vacaciones. Tus compañeros del colegio envidiaron siempre tu labia y tus ganas de querer conocer siempre más, de ahondar siempre en cada hecho. Tu sueño no era ser futbolista, era poder locutar los partidos, tu mayor afán no era desfilar como modelo sino informar qué se llevará cada temporada. En realidad lo que siempre has querido ha sido escribir un best seller. Nunca es tarde, quien sabe.
Ha pasado el tiempo, mírate ahora, hoy te licencias y eres una mezcla entre orgullo y nervios, estas con la duda de qué será de ti ahora... que será de tus compañeros. Tranquilo, se que ahora todo puede parecer un poco caótico, que la crisis no se nos despega y que si tienes suerte de encontrar unas prácticas tienes que dar gracias de que sean remuneradas. No olvides que continua una etapa de aprendizaje, no dejes nunca de buscar lecciones porque no vivirás realmente si no aprendes algo de cada día.
Se paciente, las cosas al final ocurren, porque el tiempo pasa por mucho que quieras detenerlo. Te harás mayor y si te empeñas serás un buen profesional, recuerda que el primer día que posaste esta facultad soñaste con salir de aquí siendo alguien grande. No dejes atras tus sueños.
Estos cinco años te parecen un suspiro y quizá creas que no has aprendido lo suficiente como para salir al mundo laboral, tranquilo, una vez metido en ese mundo serás uno más, porque con la práctica y tu esfuerzo diario te convertirás en esa persona que soñabas ser de pequeño. Pero no te conformes con ser solo uno de tantos, busca siempre la excepcionalidad. Eres ya un licenciado, decide tú si quieres ser uno más o el mejor.
Se honesto, procura ser objetivo y defiende tus principios. No te vendas, el dinero no es más que una excusa de alcanzar una falsa felicidad. Disfruta con cada cosa que hagas, esa es la clave; y nunca te rindas.
Pasará el tiempo y sin darte cuenta estarás haciendo lo que te gusta.
No dejes de leer, sigue escribiendo. No te canses de aprender.
Vive cada segundo como una experiencia, como un aprendizaje.
Te seguiré sorprendiendo

Fdo: La Vida

Marea

Migajas. Migajas de ti es lo que me queda y no sé si quiero que se vayan o seguir esparciéndolas por el cuerpo. A veces juego a que sigues, y a veces sin quererlo sueño contigo. Como si estuvieses sin estarlo brindamos con el vino que se nos quedo a medias, con la copa rota que deje en aquel piso vacío.
El cerebro y el tiempo son fieras indomables que pisan y azotan cada recuerdo, y quiero borrarte y no quiero, y huelo el corcho que deja el deshielo del corazón tras escarcharse, esnifo la sombra de lo que fuimos y me vuelvo algo más vieja.
Luego viene una mariposa que me hace volar bien lejos, me acerca al mar y me dice que escuche las olas que con salitre y cormoranes todo suena más bello. Y contemplo la furia del oleaje, el devenir de la marea y no sé si escucho una gaita o un palmoteo.
Me inundo en el paisaje y me vuelvo fuego que todo lo quema, en mar que pule la roca, en arena que deja que la baile el viento.
Bailo, bailo y me dejo llevar, y con el humo me vuelvo risueña, me río de todo, y de lo nuestro. Y cuento las horas que fuimos menos que dos y más que uno, las horas que no borran las olas, ni el vino, ni las palmadas que dé sobre un recuerdo.
Despliego las alas y vuelvo a volar, me marcho del nido dejando migajas, migajas por si vuelvo.


(((maca)))

Madrid, nos vemos (2 julio 2014)

Cuando uno quiere algo lo hace, sin excusas ni pretextos. Yo quería estudiar periodismo y aún siendo gallega y viendo que la nota de corte de la universidad de Santiago de Compostela era altísima quise hacerlo, nunca olvidaré el día en que me puse a buscar el resto de universidades españolas y vi que en Madrid la nota de corte era mucho menor, un 6 y pico, llegaba de sobra. Antes de saber esto me plantee muchas posibilidades, desde estudiar Historia en Santiago para acabar dando clase en algún colegio, hasta estudiar magisterio; eso de la enseñanza me atrae, pero me atrae mucho más desarrollar mis ideas y plasmarlas donde sea. Enseñando aprenden los que están en clase, si quieren atender, escribiendo pueden aprender y disfrutar tantos como quieran leerte.

Ya dije un día qué supone para mi escribir, lo dije hace muchos años y sigue siendo lo mismo, creo que forma parte del oxígeno que necesito para levantarme cada día y poder meterme en la cama feliz, es la prolongación de mi ser, y si me quitan las ideas y la tinta me cortan las alas; aún de ocurrir eso buscaría alguna otra forma de volar haciendo bolígrafos mezclando las hojas de los árboles con flores de colores y hierba.

Hoy puedo decir que he hecho cinco años de carrera maravillosos, digo hoy maravillosos y hace unos meses no los hubiese calificado de tan buenos; ¿no os pasa también a vosotros que cuando algo se acaba lo veis mejor de lo que fue? No hablo de recuerdos malos, sino de agradables que vuestro cerebro acaba recordándooslos como increíbles, y si de verdad fueron increíbles los visualizáis en vuestra mente como gloriosos. Así ocurre en mi cerebro con mi paso por la Universidad Complutense de Madrid, donde llegué como una niña ingenua, como la que más, que no sabía cómo funcionaba el Metro y jamás había visto a un chino vender “celvesa” en mitad de la calle. Yo era una niña recién salida de su burbuja de algodón, que aunque tampoco tuve la vida tan fácil como las de las princesitas de los cuentos para mis padres y hermanos siempre fue la niña pequeña que había que cuidar y salvar de cada tropiezo. En la adolescencia aprendí que la vida no es siempre rosa, pero hasta que no llegué a la universidad no comprobé que existían miles de cientos de colores.

Me empapé de costumbres y extrañezas que no había visto jamás y aprendí lo mejor de cada cosa –por supuesto ahora sé ir en Metro hasta con los ojos cerrados-. En estos cinco años he crecido, no sé si esta bien que yo diga de mi misma que me he convertido en una mujer, pero soy más mujer que niña aunque sigo soñando. No sé si ha sido gracias a alguna asignatura, a algún profesor en concreto, a alguna canción o poema o al hecho de irme de casa de mis padres y de mi ciudad lo que me ha llevado a ser yo quien decida qué hacer y cómo hacer en la mayoría de los casos. A día de hoy yo tengo mis ideas, no son ideas que me han inculcado mis padres o mi colegio, hoy yo tengo cabeza para ver qué me hace daño y que no, qué es un político hipócrita y qué es un torero sin arte. Sé que es una noticia sensacionalista, y diferencio el amarillismo de toda calidad de información, a día de hoy moriría solo por la idea de familia, esa que me lo ha dado todo y más. Hoy sé que con la educación no se juega, que a quienes se educa es al futuro que un día podrá dar una patada a todos aquellos que quieran gobernar sobre algo que solo debería dictaminar el conocimiento. Y de la vida creo que quien juegue con ella no es un asesino, es alguien que no tiene ni corazón ni mente.

Se me acabó la etapa universitaria, cinco años en los que he aprendido mucho más fuera que dentro de las aulas, pero no echo la culpa a los profesores – he tenido algunos bastante buenos - sino a la riqueza de esta ciudad que me acoge. Madrid es la mezcla perfecta de todos los ingredientes del mundo, no tiene mar pero no le falta salero y a quien diga que aquí todo el mundo tiene prisa es que no conoce lo que es llegar a tiempo. Madrid te hace suya en un momento, y cuando te vas y vuelves de verdad sientes que nunca te has ido. Debo tanto a esta ciudad y a su gente que sé que nunca podré irme de aquí del todo, porque aquí he vivido lo momentos más duros y fáciles de mi vida, el éxtasis lo conseguí aquí y también aquí el dolor más profundo, la pérdida, la angustia, el no saber qué hacer. Aquí me he enamorado a diario y he tenido desamores, aquí he querido y llorado más que nunca, aquí he reído más que nadie.


(((maca)))