La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

martes, 6 de septiembre de 2016

¿Cuánto hace que no estas con alguien?

-          ¿Tienes novio?
-          - No.
-          ¿Y cuándo lo dejasteis?
-          ¿Quiénes?
-          Tu ex, que cuanto hace que no estas con alguien.
Este tipo de diálogo se repite a diario. Cuando empecé la universidad, cuando empecé las prácticas, cuando empecé a trabajar, cuando me cambié de piso, cuando me presentan a alguien, cuando me auto presentaba…
En mi primer trabajo tenía una compañera que se pasaba el día diciendo:
- “Mi chico es lo más … es tan mono… ayer me hizo una cena sorpresa… hoy he discutido con mi chico… hoy me he reconciliado… hoy viene a buscarme mi chico…”
y yo pensaba, ¿yo soy tan pesada hablando de mi perro, o de mis sobrinos? Porque para mí ellos son “mis chicos” -que, por cierto, me parece una horterada eso de llamar así a alguien-. Supongo que ella era súper feliz con su novio, y no lo critico, es más, hasta podría envidiar su situación en algún momento de mi vida, pero no sé, ¿por qué tiene que ser tan obvio que yo también tengo que tener un chico que me haga súper feliz, que me invite a cenar, con el que discuta y con el que me reconcilie de la mejor manera? Pues no lo sé, pero siempre lo dan por hecho. Y no solo a mí, soy consciente de que no soy la única persona del planeta a la que le pasa – por mucho que me guste sentirme única y especial jajaja-.
- ¿Qué cuanto hace que no estoy con alguien? ¿En dónde, haciendo qué? Ahora mismo estoy contigo y esta mañana estuve con una amiga tomando algo… ¿tengo cara de pasar muchas horas sola?

(Aquí hay dos opciones de respuesta)
-a) Jajajajajaja no, en serio, dime… / b) Hablo en serio… ¿Cuánto tiempo llevas soltera?

Al final me veo obligada a tomarme esta pregunta con humor y, lo que antes me “preocupaba” (sin llegar a quitarme el sueño) ahora me parece algo cómico.
-          Pues la verdad es que novio, lo que se dice novio, no he tenido nunca… Bueno… quizá con 18 estuve dos semanas con un chico…. ¡Ah! Y en 2º de bachillerato 3 semanas con uno sí… Bueno, ¿consideras novio a tener 17 años y pensar que alguien es el amor de tu vida? La verdad creo que nunca he estado enamorada… ilusionada sí, muchas veces. A mí me ilusiona ver amanecer incluso un día de niebla así que me he ilusionado con varios chicos… Pero no, creo que nunca me he enamorado. (…)
En este momento de la conversación suelen mirarme con extrañeza, porque igual de obvio resulta que con 25 años he tenido que tener al menos un “ex” que obvio resulta que si no he tenido novio tengo que tener algún hándicap muy grande. La cara de extrañeza es porque todavía no han visto ese algo que se supone que tengo que hace que ningún chico haya querido estar conmigo en 25 años -que tiene tela eh, porque se da por supuesto que son los chicos los que no han querido estar conmigo cuando la verdad es que muchos no han querido estar conmigo, pero obviamente yo tampoco con otros tantos…-. ¿Sabéis eso de “siempre quiero a quien no me quiere y no quiero al que me quiere”? Vaya lio, ¿eh? Pues es así, casi siempre. Y cuando me ilusiono con alguien y ese alguien se ilusiona conmigo al final acaba pasando algo, por lo general suele pasar que el chico no tiene tema de conversación, que da por hecho desde el día uno que como le atraigo y me atrae ya está todo hecho, y que ya solo con tenerle enfrente tengo que ser feliz. Pues no, y la verdad es que él al final tampoco lo es. Y suelo hablar el triple o el cuádruple que la mayoría de los chicos, y suelen asustarse cada vez que digo las cosas claras; cosas mías -para mi tan normales como que siempre que voy a La Coruña me baño en la playa sin importar el día del año o las tormentas... o que tengo un blog en el que he llegado a despojarme de mi alma, o que he viajado sola a una playa por la única razón de que necesitaba bañarme y sentir el sol atravesando mi piel-. Al final siempre salen rana y he llegado a plantearme a ver si es que yo era renacuajo en mi otra vida…
Creo que nunca me he enamorado, y es tan simple como eso. ¿Qué por qué no tengo novio? Pues porque nadie ha sido capaz de atravesarme a pesar de ser transparente y tener un alma fácilmente penetrable, porque nunca me han dado la importancia que -sinceramente- merezco y las veces que sí me la han dado… No tenían nada que ver conmigo. Yo no quiero estar con alguien por estar, por pasar el rato, por poder celebrar cada aniversario de relación con una tarta de zanahoria… Yo no quiero tener un novio solo porque así siempre tendré con quien acurrucarme los domingos de lluvia, un novio que me haga de despertador cuando el mío no funcione, un novio que me escuche – o haga como que me escucha- cada vez que quiero desahogarme…
Sé estar sola, es más, me encanta. Se me da francamente bien disfrutar de mi soltería y especialmente de la soledad, no tengo miedo a quedarme sola un día entero con mi propia sombra. Pero me gusta compartir, así que no es que vaya a morir rodeada de gatos -eso espero- es solo que el día que tenga un novio quiero que sea una decisión basada en todo, y a la vez en nada. Quiero un novio que me haga mejor persona, que me enamoren sus ideas y principios, sus ganas de comerse el mundo que – unidas a las mías- nos hagan imparables. Yo quiero estar con alguien que me vea interesante, elocuente, divertida, cuerdamente loca. Quiero que entienda, acepte y comparta que para mí vivir la vida es darle sentido a los 365 días del año, y que hasta un día en el que no haces nada especial puede ser un día bonito. Yo quiero estar con alguien que me incite a mejorar, que me arranque la pereza y me de energía, alguien que me apoye y que sobretodo me deje hacerle reír y pensar.
Quiero estar con una persona el día que encuentre a alguien que comparta mis sueños, que los promueva, que quiera iniciar cada día un camino hacia la felicidad, que quiera verme bailar sola y bailar conmigo ante cualquier situación dificultosa, que se muera de ganas por compartir mis alegrías, que me vea como la mejor doctora, enfermera, amiga y confidente.
 
(((maca)))