La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

miércoles, 28 de enero de 2015

Autorretrato

Iba paseando por Fuencarral, con la melena al viento, sintiéndome la protagonista de cualquiera de esas comedias románticas que tienen un éxito relativo en las taquillas y que luego se acumulan con otras tantas, cientos, en el último videoclub de tu barrio. Me sentía como muchas chicas nos sentimos a veces paseando por cualquier calle, será cosa de chicas pero ¿quién no se ha sentido así?Llevaba puesta la radio y la verdad es que no escuchaba nada, andaba sin rumbo -mi super salida de la tarde de hoy a consistido en ir a Carrefour- y sin ser muy consciente me puse a escribir el principio de una novela, en mi mente claro. Soy muy dada a hablar de más diciendo menos, a reírme sola recordando viejas historias... y también a escribir cosas en mi mente, : mientras desayuno, mientras doy un paseo sin rumbo -una de mis especialidades junto con ganar a la guerra de miradas -.
Iba andando con mi abrigo nuevo y con la pierna al aire, tan fiel a mi estilo de chalada del norte que no me di cuenta de que lo que iba escribiendo en mi mente -con la idea de luego plasmarlo al llegar a casa- no era más que una historia más que se desvaneció con el viento. Otra historia más en el tintero, otro monólogo sin aplausos, otra risa hueca.
Llegué a casa, a este piso que ya considero mi hogar, y encendí Spotify. Ismael Serrano me recordó que "Ya nada es lo que era, los paisajes son nuevos, lo son también las fronteras... que delimitan  mis gestos, mis costumbres."y de una manera extraña esas frases me convencieron de algo.
Pienso que nunca volveré a ser tan niña como lo fui hace un tiempo, y echo un vistazo a algunas fotos que me hacen extrañamente feliz, me alegra verlas pero siento cierta nostalgia de un tiempo que no volverá. Sin embargo, sé que no volveré a ser nunca más joven que hoy, y probablemente no vuelva a sentirme tan viva.
Disfruto de un paseo por Fuencarral tanto como mis sobrinos con todos los regalos que les dejaron los Reyes Magos, disfruto tanto a veces con tan poco que no pido más que cualquier bebida en cualquier terraza de este barrio.
No sé si me estoy haciendo mayor, no sé si será una señal acaso, pero lo que sí sé es que soy  feliz con lo que tengo, me gusta descubrir que cada día me trae algo nuevo que, por muy pequeño que sea el cambio, constituye mi vida. Yo soy quién decido qué camino coger, creo que lo estoy haciendo bien. Y lo creo porque me sigue sorprendiendo la vida, y yo sé que a ella también le sorprendo.

(((maca)))

martes, 6 de enero de 2015

Carta al viento

No sé si sabes, si eres consciente, de que estas leyendo a una loca. Desconozco si en su dia te enseñaron la diferencia entre vivir algo seguro y tranquilo, y vivir chapoteando en cada charco. No sé si tu conocimiento viene de la lectura, o de sentir algo en tu propia historia. Perdóname si parezco arrogante a veces, soy esa clase de personas que lo ponen todo en el fuego cuando quieren a alguien y a su vez soy de esa clase que quiere todo aquello que le devuelva una sonrisa. Pienso que querer no tiene límite, y si el amor nos hace grandes no me cansaré de sonreír a quien se cruce en mi camino.
Soy ingenua, tal vez, y a la vez desconfiada; ingenua porque no me dan miedo los golpes, y desconfiada porque me han hecho sangrar a veces. La vida es eso que pasa mientras tú no llegas, eso que me ha desgarrado el alma y que me recuerda que el día de hoy también vale la pena.
No me conoces, pero si lo hicieras por favor explícame como llevarme, ni yo lo sé. Sé mi veleta, mi rosa de los vientos,  pero cuidado que si quiero, cambio la dirección del viento.


(((maca)))