La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

martes, 30 de noviembre de 2010

Allí dónde solíamos gritar


Fíjate tú, otra vez hemos conseguido lo imposible. ¿Te das cuenta del valor del silencio? ¿Te das cuenta del valor de las palbras?
No, tú no te das cuenta de nada. No me miras si te miro, me respondes solo si te hablo y nunca me has besado como has sabido hacerlo antes. Por qué se supone que tengo que hacerte caso ahora, porqué tendría que creer en tí y pensar que si hoy eres tú quien me mira de esa manera esto va a durar más que antes.
Mírame y dime que las cosas no han cambiado tanto. Dime porqué quieres intentarlo, y si tus palabras pesan más que lo que pesaste aquí dentro algún día... si es así, si es cierta tu mirada... volveré a dejar que me hagas daño.
Soy así, se que no volverá a ser perfecto, sé que lo que fue acabo pero no sé porque vienes a buscarme otra vez. ¿Creías que te había olvidado? No, nunca lo he hecho. Y he podido creerlo, llegar incluso a no sentir nada volviendo a repasar las fotos pero... ahora que has vuelto a mirarme, ahora que has pulsado el botón para ver todo de nuevo... es ahora cuando vuelvo a quedarme absorta escuchando tus bobadas, es hoy cuando me sorprende otra vez tu sonrisa,ahora es cuando todo pasa sin que te des cuenta. Es el momento en el que el mundo da un giro, quien sabe que será de nosotros.
Puede ser que funcione, tal vez no... quieres intentarlo y por nosotros me tiro al vacío. Tengo vértigo y lo sabes pero a tú lado el miedo es algo placentero.


(((maca)))

lunes, 29 de noviembre de 2010

Nieva lo suficiente

Da rabia no ir a clase, da rabia quedarse en casa y ver que fuera está nevando. Me da rabia tener una habitación tan pequeña con una ventana tan grande, preferiría no ver hoy la calle: tengo que estudiar para hacer bien mañana mi primer exámen.
Da rabia ver que podría estar con el pelo cubierto de diminutos copos de nieve y en vez estoy aquí metida, mintiendome si creo que ahora estudio en vez de escribir de esto.
Da rabia ver que las cosas no son como pensabamos, da más rabia todavía no esperar que nada sea de ningún modo y comprobar que nos quedamos vacíos igualmente. Es triste ver que no sonreímos porque siempre nos quedarán motivos para hacerlo.
Es cruel hablar con alguien que quiere hacerte daño, es dulce una mañana de frío.
Es cálida mi habitación ahora y está ardiendo el calefactor.

Cesar Rodriguez canta mientras intento evadirme un poco. Canciones como "vuelve" me hacen recordar que existe la poesía. Esta mañana, bajo la luz del flexo reflexiono sobre el dolor, la rabia y las cosas de la vida. La intensidad de esta luz me aclara, cojo otra vez lo sapunte sy vuelvo a estudiar.
¿La vida? Nos da cientos de oportunidades.

Aquí os dejo, con nieve o no sobre vuestras cabezas y con una reflexión final del cantautor y su letra "vuelve".


«Antes de lamentarse por las cosas que no se han hecho, es importante intentar evitar que se esfumen a menos que sea demasiado tarde. Pedirle que regrese a la persona que queremos no es más que un signo de valentía y madurez que nos permite analizar nuestra intención de aprovechar la oportunidad sí por fin se nos brinda.»


Vuelve a ofrecerme tus palabras
que te prometo, si lo haces,
no volveré a infravalorarlas.
Siempre, mi mano permaneció limpia,
con la ocasión de acariciarte
y en el momento de abrazarte.
Ahora, te fuiste sin la despedida
dando a entender que te me olvidas,
sin atreverte a sincerarte.
Tú, que tanto presumías
de ser amiga de la vida, de conservar lo que tenías.
Tú, que me animabas en los días
en los que el mundo se me hundía,
me conformó tu compañía.
Y tú, que acelerabas nuestros roces,
si nos robábamos las voces en cada beso, en cada noche.
Y siéntete totalmente identificada
con cada letra, con cada verso,
con cada palabra que te retrata.
Y a la hora de mirar que nada es eterno,
y que los días se nos van sin tiempo para vernos.
Pero quizá es verdad que me he crecido por momentos,
creyendo sin pensar en cada cual
que estábamos contentos.
Y a la hora de mirar tardé algo más que el resto
enconcretar y valorar el precio de tus gestos.
Y de brillo se empapan mis ojos
cuando el sol me ciega y tu sombra no lo impide.
Porque estás ausente.
Que me sobra soledad
y me falta tu presencia,
y no importa que el destello que desprendes sea más fuerte que el sol,
porque no me importa quedarme ciego
si lo hago mirándote.



Avanzando, que ya es bastante. Bien, que para hoy es suficiente.
(((maca)))

domingo, 28 de noviembre de 2010

Dios existe

Positiva, Positiva.
Maca... ¡postiva!
Me inundo el ojo de humedad y miro al techo: blanco, lo veo borroso e intento no derramar la sal de la lágrima.
Positiva, Maca... tengo que ser positiva.
Me repito una y otra vez que más vale una sonrisa que una mala cara, me repito a mi misma la idea que me transmitió el abuelo: sea lo que sea, da igual lo que alla: positiva.
Cómo cuesta, intento aplicarme el cuento pero esque me sale voz de idiota si hablo en alto y no puedo evitar sentirme una mierda.
Domingo, sola en casa. Domingo, no sé cómo lo hago pero casi todos acaban teniendo un toque agrio o amargante: este es la combinación de ambos.


Hubiese seguido escribiendo pero una llamada ha conseguido arrancarme las lágrimas, ha hecho que me temblase la voz y ahora este sonriendo otra vez, como hace un par de horas.
Dios existe, está claro.

(((maca)))

viernes, 26 de noviembre de 2010

El lado positivo

No vas a creertelo, el tema de hoy es toda una sorpresa: empieza por A... y sigue por B.
No, no voy a hablarte de Abdu el profesor de relaciones internacionales; no es que no pueda ser un tema interesante pero... creo que el que tengo en mente es mucho mejor.
Sí, acertaste, como siempre yo tan evidente. ABuelo.
Dicen que cada uno puede hablar u opinar de lo que ha vivido o al menos de lo que no ha visto pero ha estudiado... yo como vivo con esto pues lo escribo, y no solo por eso sino porque este tema da para mucho. Sobretodo ahora.
Si me pongo a pensar en el día en que mi relación con el abuelo s ehizo más estrecha, más cercana, más de poder hablar de cosas y no solo escucharle como "un sermón de abuelo"; si me pongo a pensar en ese día no sé dónde ubicarlo, no sé qué día fue exactamente.
Hace años el abuelo consiguió calarme, estoy segura. Pero eran momentos, nada más, conversaciones que parecen eternas pero en realidad no son más de 10 minutos porque la Navidad no es tan larga como parece y los nietos con los que el abulo quiere hablar somos demasiados. El abuelo me transmitió cosas, estoy segura, hace ya tiempo; pero no de la manera que lo hace ahora.
El cambio fue, aunque no sepa la fecha exacta siempre se pueden hacer rodeos, los últimos meses del 2009: tal vez Agosto, en Septiembre ya seguro.
Fue el hecho de vivir en Madrid, en la misma ciudad que el, lo que me hizo darme cuenta de que si quiero hablar con el abuelo solo tengo que ir a verle; viviendo en Coruña esto ni se me ocurría, las conversaciones telefónicas también son buenas pero no tienen nada que ver con el cara a cara. Además, en mi epoca anterior a Madrid yo tenía otras preocupaciones, algunas de ellas egoísmo disfrazado de escusas para no llamar a los abuelos. La adolescencia no es la mejor etapa para algunas cosas,creo que son esos años en los que sin saber muy bien el porqué uno coge alergia a la palabra familia o domingo. Lo mío no fue así, pero si es cierto que si sonaba el teléfono yo nunca iba a cogerlo, a no ser que fuese alguna de mis amigas...
Bueno, creo que no soy la única en el mundo así que aunque sea por esto ya no me siento mal. Sería mal seguir haciendo lo mismo ahora, o anteponer siempre mis cosas a las de los demás o las de mi familia que son todavía más importantes. No es que ahora lo primero que haga al levantarme sea llamar a todo el mundo para saber cómo están, si necesitan algo... no, simplemente es tenerlos presentes.
Ahora tengo presente a la gente que merece la pena, en la adolescencia uno tiene presente a sus amigos y a su enamorado; el resto... bueno sí, están ahí, pero en un segundo plano.
En la edad del cambio solo te fijas en eso y en las injusticias. Eres un rebelde y si tienes que teñirte el pelo de rosa fucsia para hacer entender a la gente que te rodea que la vida es injusta: lo haces. No te paras a pensar que a tu abuela le puede dar algo si te vé entrar con ese pelo en casa, no te paras a pensar que a lo mejor quien actúa injustamente eres tú con eso que empieza por F y acaba por AMILIA.
Siempre digo que yo no he tenido una etapa difícil, quiero decir: creo que nunca he hecho insoportable al alguien la convivencia conmigo: ni me he teñido el pelo, ni me he escapado de casa, ni me he hecho un piercing a escondidas, ni he estado con la típica gente que unos padres no quieren que estés. He tenido y tengo mis cosas, pero siempre hay casos peores.
Vuelvo a lo de párrafos anteriores: la etapa de no coger el teléfono o de no preguntar a mi madre qué tal está.
Es así, la vida es así: a veces la ves perfecta, dotada de todo el sentido y otras... algo negro, y repito la palabra: "injusta".
No sé, me parece que hoy estoy escribiendo sin mucho orden. Lo siento, pasa a veces cuando sientes mucho y se te mezcla todo.
Ayer por la noché abrí la libreta que me regaló María el año pasado, cuando iba a empezar en El Periódico de la Publicidad: 10 de Noviembre. Como siempre, la libreta está dedicada en la primera hoja pero eso lo dejo para mí. Se suponía que usaría la libreta para las cosas que tuviese que escribir para el periódico pero al final, preferí darle otro uso. Iba a escribir cosas útiles, de cuando estuviese en casa de los abuelos. Las primeras frases son de Noviembre del 2009.
Cojo la libreta y me disgusta comprobar que no escribí lo suficiente: empecé en ese Noviembre y no volví a escribir en ella hasta Marzo de 2010. No recordaba la última frase que está escrita, la leo y me preguntó si es cierto que lo dijo; sí, si está ahí escrita seguro. "Eres mi cura, ma das optimismo. Tú conmigo has descubierto un océano".
Adelanto un par de páginas y leo algo que que escribí hace justo un año.

"Es viernes 27 de Noviembre, van a dar las seis d ela tarde y estoy en el autobús de camino al "Hospital de Moncloa" para estar con el abuelo. Hoy falto a clase de historia, sé que no ir a clase está mal pero si comparo una clase (la que sea, incluso mi favorita) con estar con el abuelo... lo siento por los profesores. El domingo volvió a sangrar y desde ese día no ha parado. A él le duele, a mí verle así. Se le vé ánimado, parece cansado. Me mira con atención, cierra los ojos y notas como sufre. Silencio, risas. Lágrima que se pierde y sonrisa forzada a veces. Hoy está mejor pero tal vez solo me lo ha parecido. Hoy está peor y el se empeña en hacernos creer lo contrario.
Es cierto: el dolor nos hace fuertes a la vez que nos convierte en enanos. Aprendes pero, cuando te muerde, en ese preciosa momento en el que te pellizco con fuerza, te vuelves vulnerable y pequeño. Eres grande pero te transformas, al menos por un momento hace que parezcas debil.
El abuelo parece estar mejor, sonríe y se ríe de las cosas. Otra vez cierra los ojos, antes acariciaba mis manos con las suyas y, ahora en cambio, las aprieta con fuerza. No dice nada y tampoco se si yo debo abrir la boca ahora. El dolor le ha sorprendido otra vez, aprieta mi mano. Cuando abre los ojos noto el deshaliento en su mirada, no se rinde, pero en algún momento parece que le han abatido.
Poco a poco va recuperando fuerza su mirada, no conozco nada que derrumbre un muro de cemento, como mucho se pule un poco, se desgasta por el tiempo. Mi abuelo es cemento, puede parecer algo más viejo pero es el, el de siempre. Nunca va a decir que no a la vida, aunque esta le pellizce y arañe, aunque le haga llorar de impotencia. Siempre acaba sonriendo.
Abren la puerta, la enfermera trae la cena. El caldo no está lo suficientemente caliente como para que te quemen los labios, así le gusta a mi abuelo, pero se bebe media taza de todos modos.
-"¿Está bueno?"- pregunta mi abuela acercándose a la cara de el como intentado adivinar su cara. -"¿Te gusta?"-
- "A mí me gustas tú"- contesta mi abuelo. Muchas veces tan serio con su sonrisa dentro y siempre atento a ella.
-"¡Ay como quiero yo a este caballero!"



(((maca)))

martes, 23 de noviembre de 2010

Fulanito

Pueden decir que soy monotemática, al menos escribiendo: familia y mi vida (y mis paranoias). No se equivocan y siento si al escribir solo de esto aburro a alguien o consigo que algunos deje de leerme. (Si es que alguien me sigue leyendo claro).
Hago esto aquí porque necesito escribir, porque la etapa de libreta y bolígrafo está en la cuneta y porque en el fondo me encanta saber que alguien puede leerlo.
Siempre digo que si escribo sobre algo tengo que sentirlo, da igual que a veces escriba cosas que no me incumban o, para entenderme mejor, que no las haya vivido yo: que no sean historías mías, solo "mías" en el sentido de yo haberlas escrito. Pues no es así, yo siempre tengo algo que meter entre esas letras, algo que lo haga mío. Si escribo sobre una pareja con hijos... es evidente quue yo no tengo hijos (ni pareja) pero algo hay en esa historia que s emezcla conmigo. P
Por eso escribo, pòrque es una necesidad y un gusto. Por eso escribo de esto que escribo, porque siento que debo hacerlo y las palabras salen solas siempre.

Ahora quiero hablar de alguien , claramente en estrecha o estrechísima relación conmigo: no diré todavía quien es, averiguarlo vosotros mismos.
Empezaré hablando de esta persona como de alguien sin sexo, dejemoslo en "el" aunque el o/a no voy a definirlo todavia. ¿Para qué hago esto? Porque en mi opinión la lectura tiene como capacidad, entre otras, crear mundos aparte y puede también confirmar nuestro mundo; si desde un principio ya digo de quién voy a hablar... ¿cómo voy a dejaros crearlo?
Bien, pues lo dejo en Fulanito. Quiero que imagineis a Fulanito por dentro, el físico importa, pero menos. Esto a veces cuesta entenderlo pero pensandolo un rato es lógico: yo prefiero un interior bueno que un físico de escandalo. Imagínate a Fulanito, por ahora no tienes ninguna imagen... pues empieza por una sombra. Quiero que a esa sombre le situes otra más grande a su lado, y otra, en comparación con estas dos, diminuta a su otro lado.
Fulanito es complicado de describir. Es una sombra correcta, le han enseñado bien y se nota de donde viene. A Fulanito le gusta llamar la tención, me pregunto a quién no le ha gustado eso alguna vez. Fulanito llama la atención incluso cuando no quiere hacerlo. Fulanito a veces se calla aunque podría pasarse el día hablando. No pued decir que sea tímido, ni que no heche cara a las cosaS: el lo intenta, prueba y si no sale... pues prueba otra vez.
Fulanito se apoya de los que están a su lado y sin ellos, firmo lo que haga falta firmar para decir que es verídico, no podría con nada.Fulanito no es Fulanito, Fulanito es "Fulanito y los demás"; "sus demás".
Fulanito no tiene la vida más facil pero la vida le ha puesto delante tantos regalos... que tiran de la balanza mucho más abajo. Fulanito sabe lo que es y lo que tiene, sabe lo que puede tener y por ello es como es: Fulanito sabe pelear, luchar contra lo que no quiere tener delante y defender loq ue ve suyo.
Fulanito, es de armas tomar, mejor tenerlo de tu lado, en tu frente que en tu enfrente. Fulanito no tiene enemigos, o no demasiados.
Fulanito está siempre rodeado.
A Fulanito un día le creció la barriga y eso le hizo convertirse en madre.
Fulanito es mujer, es hija y madre.
Fulanita es la victoria de una guerra tal vez perdida, Fulanita es Victoria siempre y que nunca se te olvide.

Para quienes la conocen ya pueden dejar de imaginar, para quienes no tengan esa suerte... que se queden con el conocimiento de quienes imaginaron, seguro que se parecen.

(((maca)))

Superhéroes


Ya sé que siempre estoy con lo mismo, con lo que fue o pudo haber sido y de lo que tengo ahora poco aprecio. Sé que soy una pesada, que es cansado leerme si solo hablo de ayer pero es que el hoy es bonito solo por serlo pero no puedo evitar enamorarme de imposibles. Puedes leer las frases con calma, tienes tiempo.
Hoy el abuelo estaba cansado, ha dormido mal y se le cerraban los ojos y su cabeza se caía hacía un lado, suave. La abuela sigue sentada a su lado, cogida de su mano y charlando de todo un poco; todos hablando también un poco por hablar.
Habar por hablar digo porque hay que conseguir que el abuelo se mantenga despierto, que participe en la conversación: somos buenos haciendo eso, disfrutamos y le hacemos reír. Le preguntamos qué planta nos podemos comprar… le confieso que quiero un bonsái, María pregunta qué planta es mejor para interiores… no sé, lo que sea que pueda interesarle más que el sueño. Como no quiere dormirse lucha un poco consigo, le cuesta pero vence y habla de corazones húmedos. Igual que su corazón, a veces se le humedecen los ojos: se acuerda de su madre hoy especialmente y conseguimos que acabe hablando de su familia. Delante de mamá habla de cada uno de sus hijos, no habla bien de de todos porque mi madre esté delante sino porque de ellos no puede hablarse de otra forma. Cada uno es diferente, y cada uno tiene sus cosas, su familia, su ciudad… pero todos son hijos de Gabriel y Beluca: todos son Martorell Lacave. El abuelo habla del pequeño Tonin, y de Belu y su organización.
María vuelve a contar las noches en las que me sacaba de la cuna siendo yo bebé y me llevaba a la litera, mamá preguntaba “quién ha robado al bebé” y María me escondía. María contó que hasta hace poco yo siempre le pedía que me contase “cosas de cuando yo era pequeña” , como si ahora fuese muy mayor… Entonces me acordé de los cuentos que me leía Candela, de las sabanas blancas de lunares azul, naranja y amarillo. De los loros, ahora creo mutilados, que colgaban en mi habitación.
Y el abuelo vuelve a sonreír.
La abuela llega y pregunta a su marido cómo está; “tan bien como siempre”. No es lógico no preguntarle cómo se encuentra, creo que es normal hacerlo pero… siempre que alguien lo hace, yo siento vergüenza ajena. El abuelo suele responder con su humor inglés y no añade mucho más.
Aquí son grandes y muy buenas noticias que el abuelo haya engordado 300 gramos, que se haya comido una finísima rebanada más de pan o que diga que le ha gustado la comida porque ha podido saborearla. Aquí son logros las cosas pequeñas, aquí lo pequeño parece improbable pero es posible.
Me da pena verlo así, alto como siempre pero tan chupado; como si le hubiesen absorbido la energía y la grasa. Sumamente delgado, sumamente cansado y tan sumamente aferrado a la vida.
Mi abuelo es grande; es una enciclopedia de valor incalculable y de profundidad infinita, de tapas duras pero lisas, de páginas repletas de vida y de circunstancias. Es un superhéroe, es el superman de todo hijo, nieto y biznieto.
Mi abuelo salva vidas y esperanzas, limpia corazones y almas, absorbe lo malo de la gente y lo escupe; mi abuelo es un superhéroe en versión moderna. No ve la tele porque dice que no hay nada que valga la pena, apenas lee revistas y solo lee el periódico que él considera. No es abierto en opiniones pero al final, pueden pasar incluso años, acaba aceptando lo que es bueno y rectifica si se ha equivocado. Mi abuelo tiene dedos de pianista y manos manchadas, piel suave: más incluso que la de un niño.
Es elegante, correcto y un poco maleducado pero es que es libre. Mi abuelo es el padre de mi madre, es el amigo que he descubierto y el consejero perfecto. Es capaz de hacerme reír con solo una palabra, de sonreír con una mirada y de llorar si no hace nada. Con él ha llegado incluso a faltarme la respiración: cala tan hondo lo que dice que se te olvida que para vivir no solo hay que sonreír un poco, sino que es útil inspirar y expirar de vez en cuando.
Es como Batman, Spiderman, el Capitán Trueno o Popeye. Su Olivia es Beluca.

(((maca)))

sábado, 20 de noviembre de 2010

En mitad de la balanza


Hay personas muy sentimentales, otras que tendrían que haber sido piedras en vez de tener piernas y brazos.
Hay personas que lloran por nada y otras que nunca veré llorar.
Hay personas que te abrazan y no quieres soltarles, hay personas que te abrazan y parece que te pasan su peste.
Hay personas intermedias, como yo.
Y luego... están los límites claro: gente que ya ni te abraza y gente a la que querrías abrazar toda la vida.
Tengo un abuelo que está en el ´límite, en el último que he nombrado, tengo una abuela que igual.
Hay muchas personas intermedias, como nosotros que somos capaces de llorar tres veces al día y luego pasarnos un mes de sequía. Nostros sabemos lo que necesitan pero no siempre hacemos caso. Somos... nostros, diferentes a los demás aunque casi todos estemos en la mitad de la balanza.
Ser del montón es lo corriente, pero ser del montón, o como todos, no nos hace iguales a los demás.


(((maca)))

Vendo coliflor a tipos con boina

Ayer me apetecía escribir en el metro y como no tenía papel a mano...acabé escribiendo esto en un folletín de publicidad.


"Salir de casa con el fin de comprar jamón serrano y al cerrar de un portazo darte cuenta de que te has dejado las llaves dentro no es tan malo.
Estaba en casa haciendo nada y pensé en ir a Carrefour. Vale, supongo que el plan de viernes a las 21:30 no suele ser ese, pero iba a pasarme la noche sola y me apetecía dar una vuelta antes de ponerme el pijama y quedarme en mi sillón con música y manta.
Cuando llamé, desde una cabina, a María y a Pedro para decirles que me había quedado fuera no se extrañaron; claro, estan hablando conmigo.
Puedo ser un poco desastre, despistada. ¡Pero solo es la segunda vez que me pasa esto! Mi compañera de piso, Lara, no vuelve hasta el domingo por la tarde así que... ¡me paso el finde con María y Pedro! ¿Veis? No ha sido tan malo, en absoluto.
Antes de ir hacia su casa fui a Carrefour directamente, ese iba a ser mi plan en un principio así que no iba a dejarlo a un lado. Fui con la típicas pintas con las que se va a un supermercado, yo al menos... y más cuando llevo todo el día en la cama.
Unas botas, una falda de verano, una chaqueta de pico estirada y la trenca. Vamos, colaría por mendigo si me pido en el metro; soy un poco exagerada pero hablo en serio.
Generalmente debajo de la chaqueta la gente normal se pone una camiseta... pero total, con la trenca daba el pego e iba a volver en 15 minutos. ¡JA! Ahora estoy en el metro muerta de calor porque no me puedo desabrochar ni un solo botón de la trenca y riendome de mí misma que es muy bueno.
En la sección de frutas y hortalizas un chico muy guapo al que la boina le quedaba de vicio, me preguntó por el precio de la coliflor: me alegra saber que no llevo pinta de mendigo sino de dependienta. Es cierto.
La cola para pagar era muy larga y para dos cosas que iba a comprar... nunca lo hago pero me colé. La mayoría de la gente eran tipos como yo, hablo de edad porque en cuanto a lo demás iban mejor vestidos e iban en grupos. Iban a salir y antes hay que comprar las bebidas.
Yo era una vendedora de coliflor que se había quedado fuera de su casa y decidió gastarse dos euros en un paquete d elomo y tres endibias. (El lomo era mucho más barato que el jamón serrano y además tambien es bueno). Muy triste, tanto que me hace gracia.
Y comop me apetecía escribir y seguir dando vueltas me he metido en el metro (14 paradas)y luego me tocan 30 minutos de autobús... y por fin llegaré a mi ex-casita donde me reciben siempre que da gusto.
Pedro me ha pedido la rebancha en el Risk... ¡pero si siempre os gano!"


(((maca)))

viernes, 19 de noviembre de 2010

Gabriel

Ojo.
Ojo azul.
Brillante y profundo.
Mirada fija e intensa.
Parpados que descansan de día.
Duermes de día y de noche.
Inquieto, no te mueves pero lo estás.
Estás despierto, atento, con luz o sin ella.
Esperas palabras de alguien, me gustaría saber qué decirte.
Sabes que me encanta escucharte, disfruto al verte tan sabio.
Alto, valiente, fuerte, guapo, cabezota... eres todo en todos los sentidos.



(((maca)))

Arrancarse un ojo

Parece que el dolor de cabeza se va a quedar conmigo por un tiempo, ya podría venir más gente para quedarse pero bueno; es lo que toca.
Salgo de clase y tengo calor como casi siempre, decido ir al piso andando... nunca lo he hecho pero hoy me apetece. Las calles están a oscuras, no hay ni una sola farola encendida hasta llegar a Metropolitano... menos mal que no paran de pasar coches y así se por donde ando.
Me encanta que haga frío; notar el aire helado contra mis rodillas y mi cara me despeja un poco, pero solo durante un rato. Llego a casa algo cansada y llamo a mis abuelos para felicitarles: lo celebraremos el sábado. Luego hablo con Manu, después llamo a Vito... me gusta oírles pero...PUM la cabeza no para de hacer PUM PUM PUM cada vez más fuerte.
Mamá, al otro lado del teléfono, me dice que pregunte a María que puedo tomar; María me dice que ibuprofeno. Vale, pero no quiero abusar y prefiero agunatar un poco a ver si se suaviza un poco.
No se pasa. Voy a acostarme; bueno no. Mejor sí, bueno no.
Me tomo un ibuprofeno y me pongo el pijama. 5 minutos, 10 minutos, 15... parece que no hace efecto.
Consigo relajarme un poco porque agobiarme no me va a servir de nada. Ha pasado una hora y cada vez me duele más así que definitivamente me meto en la cama.
Acabo en la cama, la persiana entornada y nada de ruido. Quiero arrancarme el ojo, me duele: me duele mucho.
Abro la caja de Zomig Flash y espero que haga efecto. Se deshace debajo de la lengua y, sin enterarme, acabo dormida.






Ahora tengo el preestreno de "Poesía" (Premio al Mejor Guión en Cannes 2010). Tengo que irme ya que no quiero llegar tarde.
MUA

(((maca)))

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Qué alta la calefacción

En menos de 10 minutos será 18 de Noviembre, y esta fecha no solo e simportante por el estreno del musical "Los Miserables" (que por cierto me encantó), sino porque en menos de 9 minutos...hará 64 años que mis abuelos se dijeron "si quiero".
Hoy fui a su casa y la abuela no había llegado todavía, había ido con Tere al médico así que solo estaban mi madre y mi abuelo.
Mi madre abrió la puerta y ví desde la entrada al abuelo dormido en su sillón. A veces me preguntó porque soy tan poco comprensiva con mi madre, a veces pienso que no merezco ni la mitad de lo que me da.
El abuelo abre los ojos, me vé y sonríe.


Luego ya fuimos cinco en la casa y tuve tiempo para hablar con él a solas, también con la abuela y un poquito con mi madre.
La calefacción tan alta me da dolor de cabeza, pero a veces el dolor de cabeza compensa.

martes, 16 de noviembre de 2010

Tuentilleo


Siempre miro atrás, siempre. Me dicen que no es bueno, sé que eso no me facilita las cosas pero me gusta hacerlo, porque si no fuese así no lo haría.
Me gusta escuchar canciones que me traen recuerdos, ver fotos con mis amigas del colegio, ver las cosas que pensaba hace años, lo que me interesaba y decía. Soy de las que se quedaron en el pasado, como esos ancianos que se creen que pueden salir a correr un día como antes aunque ahora no puedan andar sin su bastón.
Me gusta hacerlo, y sé que no es tan malo como dicen pero... sé bien que no es bueno.
Una cosa es ser melancólica, o tener siempre un ojo fijo en lo que fue, y otra cosa es no ver que lo que está pasando es ahora presente, fue futuro y en poco se convertirá en pasado que querré que vuelva.
Ayer decidí ordenar la habitación, pero ordenarla a conciencia es decir: fuera la ropa de verano, fuera los pantalones que ya no me cierran y fuera la ropa que nunca uso. Fuera.
Ayer me volví a proponer empezar de nuevo. Dejo fuera los pensamientos de "no voy a poder", "no se está tan mal así...". Fuera.
Ayer me arriesgué y borré mi tuneti. Fuera.

Me acuerdo, y ayer lo recordé: en agosto de 2007 una amiga me dijo que me abriese una cuenta en tuenti, no había escuchado nada sobre eso en mi vida y al principio no me interesaba nada. Un par de meses más tarde algunos amigos empezaban a tenerlo y ya fue mejor, acabé enganchada a el como creo que lo está la mayoría de gente que lo tiene. No me pasaba el día pensando en eso, no me moría si un día no podía meterme y ver si alguien me había escrito algo... no, pero creo que no hace falta hacer eso para considerarse adicto.
Hablo de adicción a pesar de poder estar días sin meterme en tuenti, hablo de estar enganchada porque por estar metida en tuenti me perdí mil cosas. Me perdí días de estar en un bar con lo smigos por estar en casa pegada al ordenador, me perdí un día de playa por qorque era más cómodo y fácil ver fotos de otra gente en la playa desde casa.
En mi opinión, y repito mía, tuenti nos ha quitado mucho tiempo y a la vez nos ha dado otras muchas cosas. Sí, tengo que reconocerlo: he conocido a gente gracias a tuenti, a poca pero lo he hecho. Tuenti me ha servido para mantener contacto con gente que, si no fuese por esta red social no habría vuelto a saber de ella. Tuenti me ha servido como álbum de fotos, como psicólogo, como diario de mis últimos cuatro años.
Nada es infinito, al menos nada en este mundo y tuenti, no iba a ser menos , evidentemente. No sé cuando se supone que la gente va a dejarlo, no sé si será cuando se casen, cuando tengan hijos.. o cuando sean sus hijos quienes suban fotos por ellos; no sé, pero yo he decidido hacerlo antes y me preguntan porqué. Pues... me da pena pero lo he hecho porque tengo motivos y porque me ha dado la venada.
Quien no reconozca que pierde mucho tiempo en tuenti...creo que se engaña. Quien diga que solo usa tuenti para quedar y hablar con maigos o con gente de clase... sigue engañandose. Tuenti está bien pero esque como casi todo siempre se acaba enfermando: pareces raro si no hay fotos tuyas con una copa en la mano, eres un friqui si no tienes, como poco, más de cien amigos. Todos van a tener una foto con amigos, o conocidos, sonriendo como si s elo estuviesen pasando bien solo por el hecho d etener esa foto y no para recordar ese momento bueno porque en realidad, no es bueno ni es nada.
Tienes que tener una foto abrazada a algún chico (abrazado a alguna chica), una foto de cuando eras pequeño para enseñar a todos lo guapo que eres y eras... una foto tuya haciendo surf auqnue no sepas, jugando al poker aunque no te guste y en un after aunque tengas ganas de irte a la cama.
Verás las fotos d etus amigos, y d elos amigos de tus amigos, y de gente que no conoces de nada.Escribirás estados para llamar la atención de quién te lea, en intereses musicales siempre intentarás ser alguien culto, interesante...
Tuenti es nuestro escaparate, nuestra manera de enseñar a la gente quienes somos y qué es d enosotros cuando en realidad no sabemos bien quiens somos porque perdemos el tiempo mirando escaparates cuando podríamos utilizarlo en ser nosotros mismos.
E ahí la cuestión, sé que hay gente que solo es eso: un tuenti, alguien vacío, que no espera nada y le gusta estar así. Les gusta que su vida esté disponible a todos, le gusta llegar a casa saludar a sus padres y ponerse a hablar con gente que acaba de ver por el chat.
Si quieres hablar con alguien no lo hagas así, si quieres saber de la vida de alguien preguntaselo tú mismo.
Estoy harta y decepcionada con tanta gente que si tuviese que dejar a los amigos en tuenti... acabo decidiendo que es mejor borrarlo.
Ayer expliqué a quien yo quise que iba a cerrarlo. Ayer fui viendo cada foto, empezando por las del verano del 2007. Ayer leí algunos mensajes... empezando por los de ese verano y por un segundo me heché atrás. Luego ví que todo cambia, todo pasa y hay que dejar lo que uno no quiere a un lado.
No iba a volver a tener esas fotos, no iba avolver a leer ningún mensaje, no iba asaber de alguna gente si lo hacía. Vale, acepto.
Me canso de estar tan apegada al pasado, me canso de cruzarme con gente que no espera nada.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Contra uno mismo


Prometes no volver a hacerlo y ahí estás, así:otra vez. Te has defraudado a tí mismo, te sientes mal y te da vergüenza verte reflejado en un espejo, en el escaparate de esa tienda o en el cristal de cualquier bar.
Intentas no pensar en quién te has convertido, avanzas por la calle intentando no cruzarte con nadie que te haya conocido antes; tienes miedo de que no reconozcan en tí al que fuiste ayer.
Has cambiado, todos lo hemos hecho. A unos el paso del tiempo les hace madurar, otros siguen igual o peor. A la mayoría las arrugas y las manchas en la piel les molestan, a mi me molesta ver que nosotros no somos excepción: algún día me saldrán canas y algún día querré volver al día de hoy.

Porque hay días, tiempo, en el que no podemos sonreír de buenas a primeras. Porque hay días, tiempo, que nos proponemos aguantarnos y estar bien con nuestra sombra y con los demás. Porque hay días, y tiempo, que es mejor estar solo crucificandonos a nosotros mismos y... ya llegarán esos días, ese tiempo en el que ahora no confiamos, esos días y ese tiempo en el que nos veremos mejor.
Perdemos la fe en quién somos, perdemos la esperanza de sentir e incluso a veces nos parecen visiones lo que un día fue.
Por esos días no hay que maltratarnos, por esos días tenemos que seguir viviendo exactamente igual, de la misma manera que lo estamos haciendo porque así es: hay días buenos, días malos y días en los que necesitamos sentirnos inseguros.
No sé querer bien, todavía no sé dónde está el fallo.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Plaff


Ahora estará aquí, tanto tiempo soñando con ese día, planeando cosas juntos, una vida... y llega el día y el pasado pasó.
Ahora llegará el día soñado, el que soñaste una vez y ahora ya no importa tanto; importa, pero lo que importó ha pasado.
Esa canción que sonaba vuelve a sonar, suena igual pero no es lo mismo que antes. La música es la misma, y los sentimientos se retuercen dentro de alguien.
Hay escalofríos, caras de sorpresa y pensamientos de volver a verse. Hay planes tachados, días de espera contagiados de llanto. Hay ganas de volver a vivir lo que no puede vivirse de nuevo, hay ganas de mirar atrás e intentar robar el tiempo.
Hay miedo porque aquello ya ha pasado, hay miedo porque la oportunidad pasó y siempre queda la esperanza de volver a intentarlo ver nacer. Hay miedo, hay esperanza, hay tiempo... mucho tiempo por delante que echaremos mañana de menos y hoy queremos que no avance.
A lo mejor volverá a llamar, a lo mejor volverá a mirar a los ojos y derretirnos en un momento. Puede ser que consiga dejar nuestros planes de superación a un lado y, sin darnos cuenta, todo consista en darle a rew.
Creeremos ser los primeros en pisar la luna, tocaremos las estrellas y no enfermaremos nunca. Saltaremos más alto que nadie, respiraremos sin darnos cuenta y llegará el adiós de nuevo. Nos golpeará en la cara, en todo el cuerpo y en el fondo de quienes tienen alma.
Los planes podrán haberse cumplido, pero no enteros o no en su totalidad, nos sentiremos inseguros, solos y volveremos a odiar.
Romperemos cartas, gritaremos, cantaremos sus canciones para que vuelva... sin volver. Nos preguntaremos porqué y a Dios le diremos que nos explique. Volveremos a los días de esperanza, volveremos a creer verle pasar. Otra vez volveremos a llorar viendo películas de amor que antes nunca veríamos, leeremos poesía de libros que pocas veces habíamos abierto y escribiremos otra vez.
Estaremos solos o lo sentiremos así, veremos sus fotos y conseguiremos odiar y amar al mismo tiempo.
Preguntaremos si alguien sabe algo, si alguien a vuelto a verle y nos dolerá el cuerpo.

Nos sentiremos viejos aun no habiendo alcanzado esa edad, las ganas de todo las perderemos y solo nos quedará recordar.
Recuerdos, si hay algo más que eso que alguien me lo diga. Recuerdos, de cuando no eramos conscientes de que la vida es cómo es, recuerdos de cuando eramos felices creyendo tenerlo todo. Recuerdos, todo roto y nosotros desgarrados.
Ya se fue, a lo mejor vuelve o tal vez no, podremos volver a vernos ...quien sabe. Yo nunca se nada o no quiero decirlo.

FOTO: creo que a mi ciudad le pasó lo mismo

viernes, 12 de noviembre de 2010

Siempre he preferido una carta a un correo


Otra más, el cartero abre el buzón y deposita allí otra de tus cartas.
Escribes para no perder el tiempo, porque es sencillo recuperar esas palabras, porque sabes como hacerlo.
He crecido porque ha pasado el tiempo, porque he aprendido de los momentos vividos y porque les puedo sacar provecho.
No escribías pues no estabas lejos; te servían las palabras y el modo de hacerlo.
No te escuché porque nunca me hablaste, no quise encontrarte; me pudo el miedo.
Te fuiste sin hablar sin hacerlo y ahora escribes.
Me quedé en un mundo aparte y crecí con cada momento.
Cada vez que veo otra carta, otro tiempo dedicado, otras letras de información, amor y duelo me pregunto para que lo haces; para no perder el tiempo, porque es sencillo recuperar esas palabras y… porque sabes como hacerlo.
Cada vez que las dejo en una esquina abandonadas esperando una de vuelta, me doy cuenta que he crecido, y que crees sabes hacerlo.
Sé escribir porque lo has hecho, decir cosas que no siento y no llorar si me arrepiento; ¿ves?, también soy capaz de hacerlo.
Puedo inventarme las razones, engañar y volverme hueco; ¿ves?, me veo incapaz lo siento.



(((maca)))

FOTO: no viene a cuento pero la encontré ayer y ya no me acordaba de ella... me gusta

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Adeus





Me parece que la última vez que lo había leído fue hace como poco dos años, en clase de Gallego. Creo que Rosalía de Castro lo escribió cuando fue a vivirse a Madrid, se despide de todo con inseguridad, no sabe cuándo volverá a verlo.
Antes de volverme a Madrid he buscado lo que escribió Rosalía y lo he leído con calma, leyéndolo detenidamente es emocionante. Yo podría personalizarlo y decir “adeus Coruña, miña terra, , terra onde me eu criei. Adeus meu mar infinito non sei cando te verei”… Podría personalizarlo pero tal y como está escrito llega a cada gallego: yo no tengo ninguna “hortiña”, ni “figueriñas” pero lo leo y lo siento mío igualmente, ahí está el poder del poema.
Esta mañana, como despedida, he ido con Vito a ver el mar. Alerta roja; recomendaban, o más bien decían, no acercarse al paseo marítimo pero… es de mala educación irse sin una despedida y… más si necesitas despedirte, porque no sabes cuándo será la próxima vez y aunque las Navidades estén bastante cerca… no sé qué será de mi mañana, y si no lo sé de mí… tampoco sé que será de mi familia así que… me despido. Hasta la próxima.
No llovía, el cielo no estaba encapotado: solo alguna zona gris, pero ahí estaba el mar que había arrancado parte de la barandilla del paseo. Agitado, de un lado a otro iba y venía como queriendo que todos nos asomásemos a ver lo bonito de su movimiento. Esta mañana no había ni un surfero, nadie en la playa paseando y pocos éramos los locos que lo observábamos en directo. Estaba precioso. Me recordó a un niño pequeño, cuando sus padres lo arreglan por ser domingo, porque es día de Misa y porque luego comerán en casa de los abuelos. Del niño toda la iglesia y la familia tiene que decir que ha crecido sano y que cada día está más guapo. Pues igual, hoy el mar enseñó sus mejores olas, removió toda la arena y formó muchísima espuma blanca, tan blanca como las nubes del cielo, tan blanca como mi IRIS humedecido. Porque para mí hoy era un día de despedidas, porque el mar quería decirme que crece sano también sin mí, quería que hoy le viese guapo e intentó hacerme reír.
Nunca pensé que fuese a decírselo a nadie, ahora me doy cuenta de que hay cosas que no he dicho nunca a nadie: esta es una de ellas. De pequeña hablaba con el mar. Suena ridículo pero es cierto y a la vez genial. ¿Cómo lo hacía? Sí le hablaba directamente no me entendía, si hablamos así al mar no va a entender nuestro idioma.
¿Qué hay entre nosotros y el mar? Tierra. Eso es, para hablar con el mar cogía un puñado de arena, le contaba a ella lo que quería contarle al mar y luego se la tiraba a las olas. El mar me respondía en la orilla, agitándose con suavidad.
No sé cuando empecé a hacerlo pero el caso es que lo hice y nunca lo he dejado de hacer. Ahora, cuando hablo con él, siempre empiezo preguntándole cuando fue la última vez que hablamos, si me ha echado de menos y le cuento cuanto le eché yo de menos a él. Hablamos poco pero lo hacemos bien. Suelo hacerle un resumen de mi vida hasta ese momento, me río pensando que sería lo último que le conté y me doy cuenta de cómo avanza todo. Le cuento mis alegrías y lo que me preocupa, luego suelto la arena, mojo mi mano y me siento mejor. Miro la inmensidad azul y sonrío, sé que me ha escuchado, lo hace desde que soy pequeña y eso me hace sentirme bien.
Hoy no puedo bañarme, no solo porque estemos en Noviembre y haga mucho frío y viento, sino porque hoy el mar, de lo emocionado que está al volver a verme, podría aplastarme por no saber medir la fuerza de sus olas. Yo no sería capaz de asfixiar a nadie de un achuchón, pero el mar sí… quiere demasiado.


(((maca)))

Cuánto quieres


¿Cuánto puedes querer a alguien? A veces me pregunto dónde está el límite de las cosas, si ese límite existe realmente y hasta dónde llega. Cosas que se dicen como “te quiero mucho”, o se cantan como “moriría por vos”, ¿son realmente ciertas? No sé cuánto abarca la palabra mucho.
¿Te quiero mucho significa que sería capaz de morir por ti? No creo, o sino la gente no mide sus palabras porque el TQM está globalizado y en boca de todos. Pienso que querer es algo que no se puede dar con todo el mundo, no al menos con toda la gente a la que se le dice. Querer… es un sentimiento, es algo complicado de explicar y de sentir, pero se quiere igualmente.
Veo a una pareja por la calle y pienso cuánto se querrán: mucho, muchísimo, hasta el infinito, tanto que duele… maneras de querer hay demasiadas y también de expresar ese sentimiento. Cuánto se querrán, y lo que más llama mi atención: quién querrá más al otro. Un padre y un hijo, ¿se supone que es el padre quién más quiere en esa relación? Un padre y sus hijos, ¿es cierto que quiere a todos por igual? ¿Cuánto quiere a cada uno? ¿Y cuánto es mucho?
Me pregunto cuanta es la capacidad de querer de la gente, en mi opinión querer no tiene límites…eso creo. Puedo querer a una cantidad innumerable de gente y puedo quererlos muchíííísimo (que sigo sin saber cuánto es esto) a cada uno. Pero, no sé, a lo mejor un día no puedo querer a la gente más de lo que quisiera quererla porque llega el límite. Imagínate, no poder querer a alguien porque ya has querido hasta el infinito unas 100 veces, ya no puedes más. Sería horrible.
Querer es gratis, por eso duele a veces. Querer puede ser voluntario, pero es involuntario más que nada. Querer es tan complicado que no puede expresarse con palabras y decir mucho, muchísimo o infinito no es abarcable. Querer no se mide con tiempo, no sé con qué se mide.
Se puede querer a la familia, se puede querer a una ciudad, se puede querer a una mascota, se puede querer a un amigo, se puede querer al mar. Se puede querer a todo lo que se nos ocurra, podemos querer y ser queridos pero no siempre existe la reciprocidad, o al menos no al mismo nivel o parecido. La falta de reciprocidad aquí es lo que nos lleva a veces a pasarnos horas escribiendo, a quedarnos en casa aunque haga un día de sol, o a tener ganas de pasear abrigados si está lloviendo. La falta de reciprocidad nos hace vulnerables: nos da ánimos para conseguirlo y otras nos hunde y no vemos nada. Por eso decía que querer es complicado y a veces duele, por esto y por otras muchas cosas.


(((maca)))
FOTO: La Coruña... obviamente aquí no había ningún temporal.

Al agua patos


Más de un mes y medio sin tumbarme en la bañera, más de un mes y medio sin dejar el grifo abierto, dejando caer el agua caliente y con un luz tenue quedarme ahí relajada.
Es lo que tiene vivir en un piso de dos por dos, que estoy encantada con todo pero nunca voy poder darme un baño en condiciones por el simple hecho de que no tengo bañera. Tengo un plato de ducha, un grifo del que sale agua por todos lados y una mampara recién estrenada pero… no tengo bañera.
Es genial esa sensación; el baño lleno de vaho, al salir escribiré un mensaje en el espejo. Solo el ruido del agua pasando a toda prisa, las yemas de los dedos ya arrugadas y yo quedándome dormida. Me sumerjo y ya apenas oigo nada, asomo la cabeza e inspiro tranquilidad. Nunca quise tanto a una bañera.


(((maca)))

martes, 9 de noviembre de 2010

A mí también


Me pareció verla en la calle. Semáforo en rojo para lo peatones, mi autobús recogía más paseajeros y la ví ahi: esperando para poder cruzar.
Primero un perfíl a lo lejos, podía ser ella, esas eran sus piernas y su cintura. Se habría cortado el pelo y parecía que a su cuerpo eso no le gustaba. Estaba quieta, radiante. Tal vez algo más pálida que de costumbre entonces, pero seguía siendo bonita incluso seria.
Siempre le gustó así, cuando reía, cuando callaba. Le gustaba su mirada fija, su boca cerrando en sus labios. No era seria, no era habladora, tenía carisma y una personalidad deslumbrante.
Ahí la tenía, a un par de metros y solo un cristal de por medio. Solo un cristal, un cristal y mucho tiempo.
No parecía tener prisa, se le veía distraída pensando en algo que tenía pinta de ser interesante. A lo mejor se acordaba de sí misma hace un tiempo, de sí misma y de aquella persona que estaba a su lado sin darse cuenta.
Nadie bajó en aquella parada, no hubo la suficiente iniciativa como para hacerlo y cuando el semáforo se puso en verde ella arrancó sus piernas del suelo y siguió la calle recta.
Hubo recuerdos, ganas de querer bajarse del autobús y detenerla. Ganas de saber de ella a través de su boca, quiso detener ese momento y seguir observándola. Se alejaba, andaba rápido y la acabaría perdiendo de vista.
El autobús adelanto aquellas piernas y en la siguiente parado solo un hombre bajó. Andó por donde ella andaría y cuando se detuvo ante ella comprendió su confusión: no era quien creía. Continuó andando sin rumbo, sintiendose estúpido e intenatando animarse a sí mismo pensando que, en caso de haber sido ella, hubiese quedado ridículo volver a acercarse después de tanto tiempo.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Quiere un paraguas

Llueve, aquí no es raro. Mi sobrino no quiere ir a la guardería, no es que no le guste, es que se ha empeñado y...sin paraguas no va.
-Mamá ¿llueve?- tiene menos de tres años, yo antes creía que con esa edad nadie tiene acento, solo voz de pito pero...para variar me equivocaba. Lo de mi sobrino es algo así como si llevase más de 20 años viviendo en Coirós... tiene acento gallego, acento cerrado. Es graciosísimo.
Vito no puede hacer otra cosa más que resignarse a la lluvia y busca el paraguas en el armario.
-Mamá, ¿llueve?
-Sí, no pasa nada, cogemos el paraguas y listo.
-¡No tengo paragüas!- Javi lo dice como si no tener un paraguas propio fuese lo peor que puede pasarle a uno en el mundo, casi tan grave como que el tío Manuel se canse después de estar 2 horas jugando al escondite debajo de la sábana, o que el perro de tía P/Maca te persiga por el pasillo mientras tú intentas jugar con Bob Esponja. Javi ve lo pequeño gigante, es un niño y a veces me gustaría ser como él.
-Esta tarde te compro un paraguas precioso, ¿vale?
¡Vale!- Javi ya se queda tranquilo, coge de la mano a su madre y es consciente de que su gran problema va a resolverse esta tarde. A Javi le encanta que llueva, se despierta cada mañana haciendo la misma pregunta, ¿Llueve?, hoy le ha dado por un paraguas... ver que se le ocurre mañana.


Ayer, por segunda vez en toda su vida, mi sobrino se quedo dormido conmigo. Conseguí dormirle cantandole la de "te miro largo y tendido...", la que me cantaban a mi cuando era tan alta como el. Se quedo dormido apoyando contra mi todo su cuerpo, abrazado a mi.

Paranoias de ojos entornados


Dicen que la vida es bonita, no lo creo. Dicen que es complicada; mienten.
Dicen que la bueno es la paz y lo malo la guerra... no estoy tan segura.
Dicen que una sonrisa es siempre bonita, que las lágrimas son de pena. Mienten.
Dicen que el mundo es redondo, no estoy tan segura.

La vida no es bonita, la vida es vida y solo eso. Decírlo es querer calificar algo que tiene un valor incalculable, decir que es complicada es un engaño: no es bonita, es lo más grande; no es complicada, repito que es lo más grande.
La paz es buena, la guerra mala. A veces hay que luchar para conseguir la paz, a veces hay que insistir para conseguir la que uno quiere. Dónde está lo bueno, dónde está lo malo. Nadie tiene ni idea.
La sonrisa es de lo que más me gusta de una persona. Pero tiene que ser limpia en todos los sentidos que tenga la palabra.Las lágrimas son geniales, agua salada en nuestros ojos rojos: no me parecen trsites, molan.
¿El mundo es redondo? Y a mí qué me importa, yo lo veo cómo para mí es.

Otra vez



Humo, música y falta de tarima.
Caras conocidas, gente que conoces mejor que bien y más humo en mi cara.
Risa floja, felicidad completa y cola en el baño.
Dolor de pies, tengo sueño pero no quiero irme a casa.
Fuera llueve, está oscuro pero la gente sigue animada; dentro humo, calor y sonrisas no forzadas.
Canto fuerte, no se me oye.
Grita, estamos perdidos.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Diario eterno del viaje finito


Me despierto. No ha sonado la alarma todavía pero algo en mi cabeza me dice que tengo que espabilarme, si quiero llegar a tiempo tengo que darme prisa, tendría que haber ido ayer a comprar el billete…
Quedan dos horas para que el autobús, en el que todavía no tengo plaza, arranque. Bueno… con calma enciendo el ordenador, con calma en el baño intento conseguir parecerme a una persona normal y no a un zombie: sí, eso parezco. No suelo preocuparme en peinarme el pelo, es más… no me gusta peinarme: creo que cepillarse está sobrevalorado así que esta mañana tampoco lo hago. Guay… tengo el desmaquillante en la maleta así que me lavo la cara con el jabón de manos… otras veces, cuando me ha dado pereza el hecho de tener que ir al baño, lo he hecho con Fairy así que no pasa nada. Ahora estoy peor, los ojos emborronados y pelos de haber venido de la guerra… o de haber salido por la noche, dar mil vueltas en la cama y no peinarme.
Queda una hora y media. Méndez Álvaro no está muy cerca de mi casa… vagancia. Tengo que irme ya pero sigo dormida y el sillón me parece tan cómodo… Mi hermano me dice por el chat que deje de hacer el vago y espabile, ¡tengo que dejar de hacer lo que tanto me gusta! Me levanto, compruebo que llevo las llaves en el bolso, dinero, móvil y billete. ¡Ah no! Antes tengo que comprarlo.
Cierro la puerta, no sé como lo he hecho pero ya solo queda una hora. Me he dejado la maleta dentro de casa, y no me doy cuenta de eso hasta que salgo del portal… ¡que divertido volver a subir las escaleras!
Con los ojos medio abiertos medio cerrados acabo llegando a la estación. Un asiático de idioma indescifrable se me cuela y compra un billete para León. Me parece un imbécil, estoy de mal humor porque he dormido poco y el señor ese se me ha colado, me ha visto cara de idiota. Luego sonrío, sin pensarlo ha pasado por mi cabeza la idea de que yo me voy a comprar un billete para ir a mi ciudad y el… se va a León. Pobre. A lo mejor es de León de toda la vida, a lo mejor vive allí con su familia y es feliz… pero por la cara que tiene de pasa caducada no creo que sea así… no sé si es bueno alegrarme por suponer que el no va a su ciudad pero… no me alegro por eso, sonrío al comprobar que yo sí.
Ya tengo el billete en la mano, no me han hecho descuento por ser joven ni por tener tarjeta de Alsa, ni siquiera por haber dejado colarse al asiático. Genial, para eso me lo podría haber comprado por internet… bueno, siempre tengo que hacer alguna genialidad, si hago las cosas normales tienen menos emoción, menos gracia… lo interesante es guardar la emoción en todo momento. Saber que queda media hora para irme y no tener todavía billete… angustia un poco pero a la vez es una sensación de subidón increíble. Pasotismo mezclado con saber que tengo que hacer las cosas y que al final siempre las hago.
Me subo al autobús e intento hacer algo con lo que pasar amenamente el tiempo. Van a ser ocho horas y quince minutos de viaje… ¿por qué La Coruña está a 600 Km y no a un par de metros? Puf… me pongo música y ya todo es mejor. Con música todo es mejor siempre, no hay comparación entre un viaje sin música y un viaje con. Empiezo con cosillas lentas, amargantes pero geniales. Luego me paso al subidón de los cantautores que… sí, existe. Escucho canciones de esas que te da vergüenza admitir que las oyes de vez en cuando pero te gustan. Escucho algo de rap que no sé que me ha dado últimamente que estoy abierta a todo. Música…Word, así puedo hacer el viaje sin problema.
Pienso en qué voy a hacer nada más llegar a la estación, quién estará esperándome y a quienes espero ver yo. Creo que iré a casa, cogeré un paraguas porque probablemente llueva y… con quien quiera venirse me voy al paseo marítimo. Tengo tantas ganas de quedarme delante del mar que si pienso en hacerlo el viaje se me va a hacer todavía más largo. Imagínate: yo, el rompeolas y el sonido del mar. Si lo pienso mucho creo que puedo oler la sal, puedo oír las olas estallar con fuerza contra la piedra. Veo unos surfistas, las olas son grandes y el agua tiene pinta de estar helada. Hace frío, llueve pero tengo ganas de bañarme. Me quito el abrigo, el paraguas se lo llevó el viento hace rato y no he sido consciente. Tengo el pelo mojado pero me encanta, no creo que me ponga enferma: no es la primera vez que estoy en manga corta en la calle mientras llueve o nieva. Bajo a la playa, no sé si estoy sola o con alguien pero no importa, voy a estar bien de todos modos. Me acerco a la orilla, las botas se hunden en la arena pero no me importa que se destrocen al mojarse, quiero mojarme entera y tendré que empezar por alguna parte… De cuclillas toco el mar con las yemas de los dedos, el agua sube y baja, sube y vuelve a bajar. Tengo las manos casi moradas pero no tengo frío. Es de noche y la Torre de Hércules destella cada poco rato con su faro, se supone que guía a los marineros, yo no sé si lo hace realmente pero me gusta. Al otro lado se ve el Milenium, es bonito desde aquí… no se aprecia la vidriera pero me gusta la imagen que deja en el paseo. Todo lleno de farolas, el mar oscuro y las luces iluminan el carril de bici y la acera. El rompeolas también está iluminado. Hay muy poca gente paseando, entre la lluvia el viento y el frío han preferido quedarse en un bar o en sus casas. Meto la mano en el agua, me mojo hasta el codo. Tengo la bota encharcada y llena de arena. No voy a descalzarme, ya me parece una idea de locos. No sé cuál es el problema de ser un loco en la vida. Me mojo la cara. Quien me vea pensará que estoy borracha, solo estoy feliz.
No sé si ir a Azcárraga, tal vez deje la ciudad vieja y la tetería para mañana. Inspiro el aire húmedo y me vuelvo a casa. Qué bien saber que llegaré y habrá alguien esperándome, que bien saber que mi perro empezará a llorar y a dar saltitos de alegría. Qué bien saber que voy a ver a mi sobrino. Qué bien saber que me queda todo por delante.
Han pasado poco más de cuatro horas, hemos parado en Astorga y acabamos de arrancar otra vez. Hasta ahora el viaje ha sido el peor de mi vida, creo. No sé porqué pero me maree muchísimo, de repente. Empecé a sentir muchísimo calor en todo el cuerpo, ya no podía quitarme más prendas y acababa de recogerme el pelo en un moño ladeado para que no me molestase con el asiento pero… el calor era insoportable. Fui a decirle al conductor que si podía bajar un poco la temperatura de la calefacción, en serio, esto lo notaba yo a unos 30º grados. Me encontraba fatal. He conocido hombres más amables que el que me lleva a Coruña hoy, solo me dijo: “la temperatura es automática”. Pues nada oye, creo que las palabras no cuestan dinero.
Vuelvo a sentarme en mi asiento y todo me agobia: la ropa, el olor a tabaco seco, saber que el viaje se me hará eterno… Voy al baño, al mini-baño. Huele fatal y se me revuelve el estómago, digamos que tenía una especie de nauseas. Horrible. Un trago de coca cola, chicle de menta, apuntes a modo de abanico y ojos cerrados. Eran las 12 del mediodía, mis párpados se desplegaron 12 minutos más tarde: me había quedado dormida y comprobé emocionada que me encontraba mucho mejor. Me dolía un poco la cabeza pero el mareo se había esfumado, ya no tenía tanto calor aunque necesitaba seguir sin ningún tipo de chaqueta y el pelo recogido. El hombre de mi lado intentó hacer funcionar el aire acondicionado que cada uno tiene sobre sus cabezas, no iba, ¡qué raro! El hecho de que hubiese notado que me encontraba mal y, sin decirme nada procurase airearme un poco, me relajó. Me puse música otra vez, esta vez José Luis Perales. ¿Qué persona de mi edad escucha estas canciones? No sé, supongo que no demasiada… pero me gusta escucharlo, lo hago raras veces pero me trae recuerdos.
Estoy en el cuarto de estar, tengo seis años y papá duerme en el sofá; se cree que pienso que lee el periódico, pero aunque sea pequeña sé diferenciar entre ojos abiertos y ojos cerrados, entre susurros y ronquidos bajos. Miguel está viendo unos dibujos, como siempre los dos nos sentamos, medio tumbados en el suelo: justo en el hueco que hay entre la mesa y el mueble de bebidas. A Javi y a Manu se les oye en su cuarto, creo que juegan con el Scalextric, por lo que dicen parece que va ganando Manu. Mamá está en el comedor con las niñas, Candela está emocionada con sus costuras; María y Vito estudian. Suena como música ambiente “Supervivientes”. Un puzle a medio hacer está en el suelo del pasillo, hay un bizcocho en el horno. Papá siempre lo hace y ese olor ya es característico en mi casa. Veo los dibujos y le propongo a Miguel dormir esa noche allí: en el cuarto de estar. Lo vemos como si fuese una gran aventura, casi como irnos de acampada a un monte perdido solo que hacerlo en nuestra propia casa, y a unos pocos metros de nuestros colchones.
Tiro de la manga de la camisa de papá y se lo digo, no pregunto porque sé que preguntando puede haber dos respuestas: prefiero afirmar que dormiremos allí y seguro que nos deja. Mamá me oye y la oigo reírse. Me acuerdo de esa noche. Siempre hay momentos felices.
Son las siete menos cuarto, supuestamente tendría que haber llegado ya pero no… quedan cuarenta quilómetros todavía. El cielo estaba naranja y rosa hace una hora, atardecía y ahora la luz es casi opaca. No ha llovido, no llueve en Coruña y eso me alegra más todavía. Tengo ganas de llegar, de bajarme de este autobús y notar el frío húmedo en la cara.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Eterno rebelde


Lo conozco desde que nací, es más... fue una de las primeras personas con las que me encontré nada más abrir los ojos por primera vez. Era morenito, ojos de travieso y algo cabezón. Era gracioso, siempre estaba en movimiento y le gustaba ponerme furiosa con tonterías.
Es el mayor de los tres pequeños así que siempre se ha sentido un poco superior... Javi: el eterno rebelde. El que se compró los pantalones anchos y se empeñaba en no subirse los bajos, el que se dejó melena, el que se agujereó las orejas y metía tres pares de calcetines en cada tenis para ensancharlos. El que escuchaba la discografía de Camela, el que tenía como sueño ser gitano, el que tenía una bandera gigante de Che Guevara en la habitación. Javi el macarra. Javi el rebelde. Javi... yo sé mucho más de él.
A primera vista cualquiera puede parecer ser lo que quiera parecer, pero con una conversación decente lo más probable es que ya sepas encajar una imagen a cada persona. Lo mejor es cuando no sabes que imagen ponerle a alguien, yo creo que esas personas son las que valen la pena. Las que nos sorprenden. Yo solo me intereso en quien es capaz de sorprenderme, en quien tenga pinta de callado y luego resulta que no habla porque no tiene nada quie decir. El que es feliz porque tiene una razón y no solo por sonreír.El que un día te coje por banda y te dice que hace mucho que no hablamos. El que te mira desde lejos y luego no dice nada. El que tiene una sonrisa limpia. El que sorprende, simplemente el que consigue hacer eso llama mi atención.
Mi hermano Javi siempre consigue que me quede espectante: puede aparecer vestido como un macarra y puede montarse en su caballo sin preocuparse en que esas dos cosas no peguen nada. Puede trabajar en una discoteca y tener una moto ancha que no por ello es un macarra. Javi tiene un corazón enorme, y podreis pensar que lo digo porque es mi hermano pero es cierto.
De pequeñita todas las noches tenía miedo y siempre aparecía mi cabeza asomandose por la puerta de la habitación de los chicos, siempre acababa colándome y siempre había guerra de canciones. Era así, nunca quedabamos en que esa noche sería igual pero al final me quedaba dormida abrazada a él como si, en caso de que la bruja de Blancanieves apareciese en la habitación, el pudiese salvarme de su manzana envenenada.
Javi dejó de ser niño para hacerse el adolescente más rebelde que nunca he visto. Luego se convirtió en hombre, me dí cuenta el otro día. Estabamos hablando un poco de todo y pensé en como había cambiado. Sigue siendo excatamente igual en muchas cosas pero ... ya ha dejado de ser un niño. Si yo he crecido, ¡el con más razón todavía!

Javi y yo no no sparecemos en nada, quiero decir... si nos ves junto spor la calle creo que no se te ocurriría decir que es mi hermano. Sí, somo shermanos, y nos parecemos más de lo que algunos piensan.

FOTO: es la única que tengo en mi ordenador de los dos... hombre yo estoy mucho mejor que ahora pero es lo que hace el verano y el pelo largo... hay que asumir los cambios.

martes, 2 de noviembre de 2010

La que fue mi vida


Día: 2
Mes: Noviembre
Año: 2010
Hora: 2:20 (desde "mi" cama)









Un periódico, un bote de pastillas, una carta, una libreta, un cartel de bienvenida.

Una postal, un caramelo de mandarina.

Un pendiente sin pareja, unas gominolas duras como piedras, un bote de pasta de diente.

Crema de sol, ropa interior, un libro fotocopiado.

Apuntes y calcetines.


En cada cajón del escritorio guardaba cada cosa que tenía, empecé con orden por eso de "casa nueva...vida nueva" o... "vida nueva... un yo nuevo".
No sé, el caso es que entre esto y el ahora ha pasado más de un año y sigo sin ser ordenada... me parece mejor decírlo así que hablaros de mi desorden.
Leo otra vez mi primer artículo, compruebo qu no hice caso al médico, reviso las cartas que recibí, abro esta libreta, me sorprende el cartel de bienvenida. Recuerdos. Emoción.
Esa postal me hace reír, el caramelo consigue que me ría de mi misma.
Recuerdos. Alegría.
Supongo que lo demás no tiene sentido.

Cada vez que vuelvo a abrir esta, mi habitación, la vuelvo a sentir como mía. Ya no están mis fotos, mis pocos libros, mi corcho. Me llevé la alfombra, las luces, algunos cojines. Ya no está mi ropa, mis descuidos, mis papeles. Ya no hay vasos de infusión en la mesilla. No hay collares enredados.

Esta habitación está llena de recuerdos, creoq ue nadie dejará de llamarla "la habitación de Maca", al menos hasta dentro de algún tiempo...

Siguen sus paredes verdes, el espejo de María. Sigue la cama y su colcha, siguen la mesa y la silla. Sigue el sol, el lagarto, el Principito, la playa y la lámpara amarilla.

Vuelvo a entrar y vuelve a ser mía.

Hace un año escribía desde esta cama, me preguntaba cual era la verdadera razón por la que había venido a´Madrid. Qué era lo que me había hecho cambiar de ciudad, de gente. Preguntarme porqué el colegio se debe acabar a los 18 y no a los 30... Porqué hay amigos que se acaban y parece que nunca tuvieron intención de quedarse. Porqué aquí todo el mundo tiene prisa y no entienden la calma de un gallego. Porqué cuando llueve la gente se sorprende, cómo pueden relajarse sin mar, porqué me vine y porqué todo era como era.

Pedro me dijo que algún día echaría de menos esos días, que recordaría aquel año, primer año, (2009-2010), con melancolía. Echaría de menos mi cuarto, entrar en casa y que me recibiesen con olor a melocotón y sandía. Llegar y entrar en calor, llegar y darme cuenta de que no era tan grave haber perdido las llaves... siempre podría abrirse la puerta. Los planes del fin de semana los tres, las noches de chicas de los viernes... nuestros planes fracaso. Pensar qué podíamos hacer un domingo para quitarle todo lo gris y triste. Las mañanas sola, las noches cenando acompañada. Las películas que consiguieron que viese, las notitas por las mañanas en la cocina. Los buenos días y los desayunos del fin de semana. Los baños con música, la radio siempre encendida. La mezcla de Ismael Serrano y los Beatles. Piano y guitarra. Partidas de Risk. Dolores de cabeza. Frío. Calor. Sol en la terraza. Paseos en bicicleta. Charlas y consejos. Noches de poco dormir, escribiendo en esta cama, iluminandome con la rana. Mi habitación desordenada, las mil y una maneras de decirme "orden por favor". Enseñaros canciones, cantarlas, grabarlas para no volver a oírlas jamás. Tardes de hospital, mañanas, fines de semana. Abrazos. Llorar. Reí. Dormir. Comer. Respirar. Vivir.

Llegué a finales de septiembre de 2009, me fui a mediados de Junio de 2010.
No voy a olvidar ese tiempo, no cambiaría nada: lo digo en serio.

Desde esta cama escribí...



FOTO: esta era mi habitación.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Recopilando

día:6
mes:agosto
año:2010
hora: 06:00

Fue en ese momento cuando se dió cuenta de lo perfecto que había sido el cambio, fue ahí cuando todo se le vino abajo; todo se cayó para levantarse enseguida.
Lo que antes hubiese sido de lo más deprimente fue simplemente curioso, satisfacción era lo único que le producian aquellas palabras.
Se quedaba mirando a cada una de las personas que había allí, y mientras pensaba en su próximo viaje a Krypton sonreía para sus adentros, todos ellos eran muy inferiores y por fin se había dado cuenta.
Todos somos iguales, eso seguro: dos ojos, un par de piernas y ... la mayoría algo en el cerebro pero le gustó percatarse de la diferencia que había entre acda uno, se sintió diferente; esa especiaidad que ellos no ven.


día: 5
mes: junio
año:2010
hora: 20:00
Mi hermana me dice que soy como un tiovivo: a veces estoy en la cima y a veces en los más bajo. No sé refiere a éxito ni nada parecido; es mi estado anímico.
Me dice que soy bipolar: puedo estar llorando agobiada y a los dos minutos reírme de lo tonta que fui.
Soy un tiovivo, soy bipolar.
Me lo dice con cariño y algo de sarcasmo.
¿Qué importa?
Exámenes: eso siempre me hace estar casi en lo más bajo aunque hay cosas peores, y como ahora no me apetece bajar a mirarlas, me quedo aquí, la atracción ha parado unos minutos, aprovecho para darme un respiro.


día: 30
mes: Octubre
año: 2010
hora: 20:00

Abuelo " la vida es darle sentido al aburrimiento"





(((maca)))