La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Mi calle

Hoy empieza de verdad el resto de mi vida, esta frase es una de esas que uno se repite una mañana de cuando en cuando, en ese momento de la vida en el que te propones empezar de cero, en ese instante en el que la euforia de un nuevo comienzo es tal que no importa lo que pese el pasado. "Hoy es el primer día del resto de mi vida", es cierto, siempre lo es, pero hoy más que nunca. Me vine a Madrid hace dos meses, sin saber qué sería de mi aquí, que conseguiría, pero teniendo claro que no me iba a ir con el rabo entre las piernas; mi cabeza era una enorme duda con una sola aclaración "Madrid". Esta ciudad ha sabido abrazarme siempre, le debo mi felicidad, aquí soy quien soy realmente. No pretendo que nadie lo entienda, es solo que necesito expresarme.
Lo mejor que puedo hacer es compararme con mi reflejo en el espejo, con nadie más, aunque tenga mi misma edad o deseos los sueños al fin y al cabo son personales y también lo es la fuerza de cada uno. Sin compararme con nadie me puse unas metas: decidí que no iba a vivir de mis padres, decidí que querer a alguien no es solo decirlo, es también demostrarlo y sentirlo así que me vine a Madrid queriéndome a mi misma y a mis sueños, queriendo a los míos más que a nadie. Abrir las alas es fácil cuando el precipicio esta cubierto de nubes y colchones, pero la adrenalina es mayor cuanto más te arriesgues, cuanto más altas sean tus metas, cuantas más cosas consigas solo por tu propio esfuerzo.
Siempre he tenido vértigo, siempre he disfrutado de un paseo a solas con mi sombra, pero a la vez siempre he sabido que si un día me caigo enseguida tendré más de una mano en la que apoyarme.
A día de hoy avanzo, sola, con apoyo pero sola porque así lo he decidido, porque con esta decisión reitero mis ideas.
Hace cuatro años y medio abrí este blog como método de desahogo y expresión libre, para aprender a vivir a mi manera, y aquel día escribí "La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.".
Ha pasado el tiempo y he crecido por dentro y por fuera, hoy es un día importante, hoy doy un paso más hacia delante. Cojo mi maleta y sigo andando, una casa nueva es siempre un comienzo.

(((maca)))

lunes, 3 de noviembre de 2014

Recuerdos cálidos para el primer día de frío

Me cansaba ya tanto calor, llegar a Noviembre con la camisa remangada y con coleta no era tan agradable como había pensado. Las escaleras automáticas a veces se frenan y es costoso seguir avanzando si no te empeñas.Todos tenemos un día malo, el problema es que ese día se convierta en una mala racha o en un conjunto de semanas que acaban confinando en un pifio tu futuro.
No creo en el destino, cada uno nos buscamos nuestra propia suerte; vale, si hoy me cae una maceta en la cabeza yo no habré hecha nada para que esto suceda, pero hablo de un 90% de mi vida, ese 90% lo controlo yo así que yo decido si ese día malo será solo un mal día o se alargará en el tiempo. Si estas mal es porque te da la gana. Sí, soy tajante, pero es que ir titubeando por la vida no muestra seriedad, y ahora que ha llegado noviembre... es hora de ir poniéndonos serios.
Pedía frío, si, yo, la que mataría por un día en la playa, la que muere por un rayo de sol, la que no encuentra sentido a que bañarse en el mar se haga solo en una estación del año. Quería frío y ya ha llegado, ha empezado noviembre en condiciones y estoy deseando tener un día libre para pasear por Madrid envuelta en mi nuevo abrigo. Quiero irme a la montaña -ya que el mar me queda lejos- y disfrutar del frío y del oxígeno puro que creo que existe todavía en algún rincón de la sierra. Quiero seguir así, avanzando, paso a paso hacia delante, no cansarme y seguir teniendo sueños.
Echo de menos a las personas que no están, a esa casa ya vacía a la que probablemente no vuelva - y qué sentido tiene volver si las personas que le daban vida ya no están-. Todavía soy una niña a la que le cuesta aceptar que la muerte suele llevarse a las mejores personas antes de tiempo, antes que cualquier paseo por el centro o en la montaña preferiría dos segundos abrazada a mi abuela, antes que cualquier cosa preferiría volver a ver los ojos de mi abuelo mirarme atento mientras me aprieta la mano. Hay cosas que no pueden ocurrir, hay personas que no vuelven y mi cabeza va a tal ritmo que se me atropellan a veces sentimientos y ganas. Sería genial poder contarle a la abuela que por fin he encontrado un piso nuevo, que me mudo en solo dos días y ver su cara de alegría intentando ver las fotos. Sería estupendo poder llegar a su portal y que estuviesen allí los dos, esperando con ganas mis historias, poder sentarme al lado de ellos en el sofá granate y leerles lo nuevo que he escrito. Poder contarles mis dudas y que con una mirada me las aclararan. Me sigue pareciendo irreal que nunca vaya a poder ir allí y rodearme de la mejor compañía, de la conversación con el perfecto equilibrio entre sabiduría, educación y cariño.
Ha llegado el frio y para variar os echo de menos, procuro hacerlo con una sonrisa y si alguna vez se me escapa una lágrima es mi modo de soltar la rabia contra el tiempo que se ha vuelto en mi contra, con el hecho de no poder seguiros haciendo participes de mi vida. Si me vieseis ahora seguro que os alegraríais por mi.
Ha empezado noviembre, tengo frío y voy a ponerme a andar, siguiendo paso a paso, así entraré en calor. Si pudieseis verme, querría deciros que he tomado vuestro ejemplo. Me pongo a andar.

(((maca)))