La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

sábado, 28 de diciembre de 2013

No es despecho, fue imprudencia

Lo he decidido, voy a dejar el pasado atrás, que para eso me enseñaron las conjugaciones en primaria. Aparte del presente que siempre era lo más fácil, el siguiente para mi era el pretérito imperfecto, tenía que añadir "ía" y lo demás salía solo, y es que ahora que lo pienso no puede ser tan difícil dejar atrás cosas que no valen la pena mantener en el presente. Así que con algo de paciencia seré capaz de decir en un tiempo que yo solía hacer el idiota, que yo perdía el tiempo pensando en alguien que no me correspondía, ya que estoy repaso las conjugaciones.
Si decido dejar algo atrás es porque nunca ha querido venir de mi mano, e ir tirando todo el rato acaba por destrozarme el cuerpo y las ganas. La razón me dice que he tardado mucho en hacerlo, pero que mas vale tarde que nunca, que cuanto antes cierre la caja de sus besos y la tiré a un río, antes podré saludar al presente. Pero otra parte de mi, la cual no sé muy bien a que parte de mi cuerpo se corresponde, no quiere olvidarle, ni quiere dejar de recibir mensajes en los momentos más imprudentes, ni con las palabras más insensatas. Porque parte de mi quiere que sigas conmigo, pero otra parte me recuerda que en realidad nunca estas, solo cuando te apetece y siempre consiguiendo sacar de mi la peor de mis manías.
Así que solo quiero decirte una cosa, a ti que nunca vas a leerme, nunca fue un placer conocerte y si todo lo que me has dado es lo mejor que podías darme solo te diré una cosa... vete, voy a cerrar la puerta y te quedas fuera.

(((maca)))

martes, 24 de diciembre de 2013

1091

Lleva ya 1091 dias aprendiendo a vivir sin el abuelo, 1091 dias sola por dentro, y algo menos por fuera. Casi tres años reaprendiendo lo que significa vivir, porque para mi abuela la palabra "vida" llevaba del brazo a mi abuelo.
Yo llevo la misma cantidad de dias aprendiendo a vivir en Madrid, porque Madrid con el abuelo no tenía el centro en Sol, sino en Arturo Soria. No sé si antes vivia mejor, o sabía hacerlo mejor, el caso es que el abuelo no está y todos hemos seguido respirando, aunque en ocasiones a algunos se nos antojase imposible.
Al final la vida pasa, al final la vida llega y ya está aquí otra Nochebuena, vivamosla como siempre, que al fin y al cabo es la mejor de las maneras.


(((maca)))

martes, 17 de diciembre de 2013

Nueva Navidad

Ayer mi amiga Lara me dijo "cada año es mejor la Navidad", respondí "sí, ¿verdad?" mientras pensaba que quizá mentía un poco afirmando eso, y a la vez quise añadir, sin llegar a hacerlo "cada año es mejor hasta que llega un año que una silla se vacía, y que por mucho que lleguen nuevas, esa silla siempre te falta." Pero me callé, porque no quiero ser una aguafiestas, y porque aunque desde hace tres Navidades falte la silla de la cabecera para mi la Navidad ha vuelto a ser una época maravillosa.
La verdad es que es duro, enfrentarse entre el frio y los villancicos de los más pequeños a los recuerdos de todo el año, y a los de tantos años; y de una manera inevitable se nos aparecen en la mente esas personas que se han ido, y esos niños que fuimos y se perdieron en alguna mudanza de carácter. No sé cómo, pero cada año acabo llorando, mientras me río muchas veces, por pensar que hago el ridículo dejando escapar mis lágrimas delante de mi familia. Pero es que no hay nada mejor que esos días, con la abuela esforzándose por cantar algún villancico sin que se le trabe la voz recordando al abuelo y a la tía, y a Juan Carlos. Y los demás somos felices, pero tanto que la garganta también tiembla a veces y al final solo la guitarra de la tía es capaz de calmarnos a todos.
Después de la Navidad de 2010 nada ha vuelto a ser lo mismo, y en el momento en el que la abuela entrega por orden de nacimiento el paquetito con su sobre correspondiente a cada nieto a todos se nos queda un beso en el aire, porque el que íbamos a darle al abuelo se nos pierdo entre canciones.
No puedo quejarme, ni yo misma me lo permitiría, porque a mi juzgar tengo la familia más maravillosa del mundo, y desde hace 5 años puedo presumir de tener 6 sobrinos preciosos y sanos, que a cada día que pasa más me sorprenden y más les quiero; porque en esto del querer da igual que la gente se vaya, yo al abuelo le quiero más si cabe, y a mis sobrinos les adoro y veo a cada uno como único e indispensable.
Esta Navidad va a ser muy diferente, pero no pasa nada, si la vida no fuese complicada sería un aburrimiento; y a los Martorell las cosas aburridas siempre nos cansan.

(((maca)))

jueves, 12 de diciembre de 2013

Antes de morir

Ayer antes de acostarme leí un artículo escrito por una enfermera que trabaja con personas mayores, exactamente con aquellas que están al borde de la muerte. La verdad es que no estoy del todo segura de que el artículo sea cierto, que esa enfermera exista realmente y que haya escrito el artículo tal cual lo he leído; de todos modos, quien haya escrito el artículo capto mi atención desde el primer momento hasta la última palabra.
Será que las personas mayores me aportan una seguridad y un respeto increíble, y que por lo general creo que esta clase de personas -si es que se puede considerar "clase" a eso de ser "mayores"- tienen mucho más que aportar que el resto de seres humanos. Y si a veces no tienen grandes cosas que enseñarnos al menos si se merecen el mayor de mis respetos. ¿Que por qué? Por haber vivido tanto, así de sencilla es mi respuesta.
A lo que iba, el artículo que me hizo pensar.

http://elfeniciodigital.wordpress.com/2013/12/04/enfermera-revela-las-cinco-cosas-que-la-gente-mas-lamenta-en-su-lecho-de-muerte/

Aquí se exponen los cinco principales lamentos de las personas antes de morir. En primer lugar se explica la idea de que una persona en el momento previo a la muerte (días, semanas) pasa por una serie de estados que terminan casi siempre en un estado de paz. No es que yo tenga una gran experiencia en el tema, y tampoco es que la muerte sea un tema agradable a tratar, por supuesto que tengo miedo a la muerte, porque tengo miedo a todo aquello que suponga alejarme de las personas que me hacen feliz. Entre otras tantas razones claro. Como ya he dicho mi experiencia es poca, pero no mínima ya que sí que observé las distintas etapas anímicas que se suceden en el tiempo previo a la muerte, no en mi propia piel claro, sino en la de mi abuelo. Viví mil y una sensaciones de su mano y por ello creo que estoy en pleno derecho de compartir este artículo con todos aquellos que se interesen en el. Quizá sabiendo de qué se arrepienten las personas antes de morir podamos resolver nosotros mismos esos cinco puntos en nuestro día a día para que así no tengamos que arrepentirnos de nada.


(((maca)))



domingo, 1 de diciembre de 2013

Amor para el basurero

Digo Diciembre y me entra el frío, las yemas de los dedos apenas sienten el teclado que ni acaricio ni golpeo, echo la vista atrás y... silencio. Ya es diciembre y sigo sin acostumbrarme a no poder desnudarme delante del sol, a no ver el mar y a llamar a mi perro desde la cama y estrujarle con besos debajo de la sábana. Llevo tres meses en Madrid, y desde que llegué las cosas han cambiado. Volví después del verano, más morena y rubia que ahora, mucho más guapa aunque mis amigos insistan en decirme que ahora estoy mejor. (La amistad, es lo que tiene, mentiras piadosas para hacer sentir bien a quienes queremos... ) Vine con ganas, como cada septiembre, con la idea de comerme la ciudad y acabar de la mejor manera la carrera. Llegué cargada de maletas y con cien planes por delante, noventa y nueve de aquellos eran junto a alguien con quise compartir todo y que, a día de hoy, compartimos poco más que conversaciones irrelevantes de cuando en cuando. Como si nunca me hubiese dicho que era la chica más guapa que había visto nunca, o como si yo nunca hubiese contado los días para volver a vernos.
Vine con una historia de amor debajo del brazo, la dejé colgada del pomo de alguna puerta y cuando fui a buscarla ya no recordaba qué había perdido; bueno, no pasa nada, sé que por muy bonito que hubiese sido todo no era más que algo muy simple con la fecha de caducidad escrita bien grande en la portada.
Y como de todo procuro sacar algo útil, de esa historia saque la conclusión de que no estoy hecha para querer a alguien, no ahora, y sobretodo no estoy hecha para que nadie me pueda querer. Sin que parezca un drama, pero así lo veo.
Soy capaz de enamorarme de un florero, de un día de sol, de una nube en el cielo, de una hormiga, de un llavero... Puedo querer hasta ahogarme, hasta dar de mi el 200%, pero a pesar de eso no me veo ahora queriendo a alguien que este fuera de mi círculo de amigos o familia; alguien que conmigo forme un círculo único y exclusivo. Uf, no, que va, es que no puedo, y mira que lo he intentado... pero está comprobado.
No quiero perderme por nadie, meterme en la cama y no poder quedarme dormida hasta las 3 de la madrugada por estar pensando en Fulanito, que mi felicidad dependa en exclusividad de esa persona. Me parece ridículo, patético y soporífero.
Veo esas fotos de parejas besándose o cogidas de la mano, esas que ven mis amigas y se les escapa un suspiro y a mi me entran ganas de pegarme un tiro. No es que no crea en el amor, pero es que no creo en el amor conmigo y alguien. Y no es culpa de los chicos que he conocido -que bueno, tampoco han sido lo mejor de lo mejor pero no me quejo de ellos- ni culpa mía. Creo que es más bien de las ideas que se nos van imponiendo por ver películas, ciertos libros y, sobretodo, por haber nacido mujer y por tanto con este cerebro en forma de corazón de goma.
Creo que estar cerrado al amor es una decisión tan válida como otra cualquiera, no entiendo porqué se supone como algo normal que una chica quiera tener novio si está soltera, o que cada vez que un chico guapo le lancé una mirada cómplice tengamos que derretirnos y empezar a soñar con una historia propia de los cuentos de hadas. Como si nosotras fuésemos princesas, y como si ese chico al que miramos le gustase leernos poemas de amor hasta las 6 de la mañana.
No entiendo porqué la gente quiere encontrar a alguien a quien llamar "novio/a" con tanta energía, como si su vida, su intimidad y su tiempo no tuviesen ningún valor, porque están deseando compartir todo con alguien que desconocen, que simplemente les ha guiñado un ojo.
 Y digo "cerrada al amor"; a esa clase de amor absurdo que parece más intenso cuanto más fotos nos hagamos dándonos besos, cuanta más gente se entere de que nos queremos, cuantas más noches me escribas "te quiero". Yo no quiero ese amor, yo quiero un amor que sea capaz de atravesarme incluso sin yo quererlo, un amor de esos que valen la pena, de esos que dan sentido a todo. No quiero un amor absurdo, un amor que me provoque más dolores de cabeza que carcajadas, un amor de escaparate, un amor sin cimientos.


(((maca)))