La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

lunes, 9 de febrero de 2015

Luz de vela

 http://youtu.be/ySA_QYVWj9k

Podemos llenarnos la vida de placeres, si llevamos un billete morado en el bolso la vida se nos llena en un momento de placeres mundanos. Pero no todos pueden llevarlo, ni todos quieren.
Hay placeres infinitos como este, meterte en ropa interior en la cama, abrir la ventana y encender tu vela favorita, la que mejor te alumbra, la que te da placer con solo verla. Hay placer en no hacer nada, en escuchar los acordes de guitarras y observar cómo quema; disfruto, vuelo, la vela se consume y por no sé cuantos minutos siento que la belleza no es más que este fuego.
Todo se ve mejor a la luz de una vela, bajo esta luz no he visto jamás una guerra. Su luz me da toda la paz que quisiera.

(((maca)))

jueves, 5 de febrero de 2015

Ilusión

Cuando esta mañana salí de casa, antes de atravesar la línea que separa mi hogar de la calle, la espalda de un hombre me iluminó el alma.
Me mantuvo abierta la puerta del portal para que saliese a la calle, helada; al principio solo vi un cuerpo de espaldas con una altura semejante a ti, una elegancia parecida -la tuya irrepetible- y una cabellera con una cantidad y peinado bastante similar al tuyo.
Ese hombre me abrió la puerta con educación y jamás podría imaginarse lo que ese gesto provocó en mi.
No querría haberle visto nunca su cara, porque cuando le vi delante de mí mi mente jugó -sin pedir mi permiso- a imaginar que quizá ese hombre podrías ser tú.
Tal vez te enfadases al ver la espalda de mi vecino, seguro que dirías que no tenéis ningún parecido, tal vez lleves razón, como siempre. Te echo en falta a veces sin ser consciente y supongo que hoy entre el frío y los intentos de nieve Madrid amaneció con ganas de ver la sonrisa aquella que se me escapaba cada vez que te veía, cada vez que me abrías la puerta o me hacías llorar emocionada con un simple roce de manos.
Quizá la ciudad quiso comprobar que todavía sonrío, que aunque hayan pasado los años soy capaz de verte en cualquier reflejo de un charco, en la espalda de alguien con cierta altura y percha. Pienso que hoy mi menté fantaseó con la idea de que no existe la muerte, de que tú de algún modo querías comprobar en persona que todo me va bien y que sigo emocionándome con todo; quizá hoy la muerte hizo un pacto con la vida y te dejo asomarte desde un balcón para verme pero tú, como eres curioso y exigente quisiste comprobar de cerca si es verdad que los años me han sentado bien.
Sé que no estas con un cuerpo, que ya no te corresponde ninguna espalda firme pero para mi tú estas siempre en cada resto de elegancia que veo, en cada abuelo impecable, en cada sabio consejo.
Hoy mi mente ha querido volar sin mi permiso y aquí estoy, acordando me de eso que me dijiste un día "no existen los imposibles".

(((maca)))