La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

sábado, 31 de diciembre de 2011

Feliz 2012

Digamos adiós a este año impar, a este 2011 que nos ha matenido vivos a los que estamos leyendo. Recordemos que nos trajo aquel enero que amanecía tan frío y acabó por helar a algunos en febrero. Pensemos cada mes, recapitulemos nuestros sueños cumplidos y aquellos que al final ha sido mejor que no se hayan hecho realidad. Contemos los días que hemos llorado, si es que los recordamos, y guardemos en un frasco infinito los millones de risas y sonrisas que hemos enviado y recibido.
Besa a quien tienes contigo, celebra que sigues vivo. Sigue soñando y dejate la piel en el camino. No frenes, pero descansa y quiere a quien te quiere; no olvides que solo hay una vida y no podemos desperdiciarla.
Brindemos por el 2011 que termina y el 2012 que comienza, juguemos nuestras cartas de la mejor manera y sobretodo, lo más importante, vive bien.

(((maca)))

jueves, 22 de diciembre de 2011

NAVIDAD


Se me cae la baba con mi sobrino Edu, esta mañana he estado paseandolo por el paseo del Prado, nos hemos recorrido la feria del libro y hemos compartido el biberón entre halagos, sonrisas y besos. Me encanta que la gente piense que soy su madre, mientras la chica de la cafetería me sirve el zumo me pregunta cuanto tiempo tiene y yo presumo de niño, como si fuese mío, y sin darme cuenta sueño una vida casada con un treintañero interesante. Aterrizo, se me caen los sueños al pasar una ambulancia por delante y comprendo que aún en Navidad siguen ocurriendo desastres.
Nace niños y mueren personas a cada segundo, y ahora en Navidad parece que lo bonito se multiplica y lo triste hace el doble de daño.
Cada uno se va a su tierra, a vivir estos días en familia, a cantar villancicos junto al belén, a abrazar y escuchar a sus abuelos y a llorar a los que estaban las pasadas Navidades y ahora nos faltan. Es una alegría extraña, como melancólica, es un dolor agradable porque mamá está ahí para abrazarme. Y entre regalos, frivolidades y propaganda de marketing suena la música que nos acompañaba de pequeños, la guitarra que algún día podré acariciar me llama y por fin puedo abrazar a mi perro.
La Navidad hay que celebrarla, no vale decir que ya no es lo que era o que como nos falta el abuelo o alguien ya no va a ser lo mismo... Me acuerdo perfectamente como hace casi un año, la pasada Nochebuena, el abuelo nos sorprendió a todos apareciendo en el salón diciendo que quería compartir ese momento con nosotros. Llevaba ya varios días sin levantarse de la cama, dormía mucho y sufría, pero cuando despertaba nos seguía sonriendo y dando consejos; me encantaba cogerle de la mano y sentir que me pasaba su fuerza. Él tenía la piel más suave y blanca del mundo.
Se levantó de la cama no sé bien cómo pero si sé porqué y encorbadito y con pequeños pasos recorrió el pasillo y nos sorprendió a todos. Dijo que quería celebrar el nacimiento del Niño y todos, sus hijos y nietos, intentamos contener las lágrimas y la asfixiante idea de que nada es eterno. Recuerdo que empezó a sonar la guitarra y cantamos los villancicos, el de "La mula" seguro y creo que "José Camina". El abuelo estaba sentado en el sillón que le arruyó los últimos meses, iba mirando a todos los que le rodeabamos cantando emocionados. Me temblaba la voz, a mi y a todos y por momentos no podíamos cantar y unas voces se apoyaban en otras voces y hombros. Mientras miraba al abuelo sabía que esa imagen no se me olvidaría en la vida: la de un padre, un abuelo y bisabuelo tan querido y respetado. La imagen de mi abuelo mirandonos, uno por uno desorientado pero con sonrisa limpia y suave, a pesar de estar tan mal como estaba. Y la abuela a su lado, tan fuerte como siempre pero sin poder contener las lágrimas.

Esa es la idea que hay que repartir en Navidad, la idea de que lo importante es mantenernos unidos, que hay que repartir sonrisas los 365 días del año y más ahora, que es cuando más se echa de menos.
Después volveré a La Coruña, y veré el mar, y lloverá, y escucharé el acento gallego de boca de tantos. Después de más de tres meses volveré a pisar tierra celta y a brazar a quienes más quiero. Volveré a la playa y a "El Playa", brindaré por un año nuevo y prometeré ser buena.


(((maca)))

domingo, 18 de diciembre de 2011

Fue en Diciembre


Soy muy feliz, y puedo decirlo sin pensarlo antes, hay pocas cosas que tengo claras pero esta es una de ellas. Sí, no miento ni exagero. Soy feliz, de un modo extraño pero sonrío. Cada vez que hablo con mi madre me alegra el día, llevamos tiempo sin vernos pero dicen que la distancia es breve cuando hay contacto, ¿no? Pues aquí no hay solo contacto, hay relación madre-hija y eso es mucho mejor que cualquier recorte de quilómetros.
Llevo casi tres meses sin pisar La Coruña. sin ver a Fer ni a Tomás pero no importa; y digo "no importa" porque cuando algo te llena, cuando una sola llamada o un mensaje te hace reír, no importa tanto el no estar cerca, la distancia es el enemigo más amargo pero cuando nos rodean los buenos amigos y la familia... los quilómetros nos hacen más fuertes.
Ya no echo de menos La Coruña, la morriña la he dejado a un lado y puedo decir que estoy orgullosa . Ya hemos aprendido que vivir no es fácil, que estas Navidades serán especiales, como todas, pero diferentes porque nos falta el abuelo.
En mi cuarto, en el corcho, tengo el sobre que él me dio las últimas Navidades, escrito con su letra, con su mano temblorosa intentando superar su estupenda caligrafía. Hace tiempo que no escribía de el abuelo, de sus ojos profundamente azules, de su voz cautivadora y serena, de su humor inglés y de su caracter fuerte; de lo bien que partía el queso, de su primos Fernandito y otras tantas "tonterías" con las que nos sacaba una sonrisa.
Lo sé, últimamente apenas escribo y publico menos todavía; debe ser que cuando se es tan feliz como lo soy ahora, cuando asumes que hay gente que ya no esta pero aún así la llevas contigo... las cosas cambian, y quizá ahora escriba menos, pero eso no significa que algo vaya mal, todo lo contrario. Escibir es una necesidad, un hobby, un placer, algo vital y necesario, si no escribiese no sería yo, supongo que todos tenemos épocas en la vida.
Pues eso, que soy feliz, que echo de menos al abuelo y tengo unas ganas inmensas de cantar villancicos. La Navidad tiene una fuerza especial, me roba sonrisas y lágrimas como no me roba ningún otro momento del año, me hace cantar villancicos a todas horas, dar más abrazos que nunca en mi vida y no querer dormirme nunca.
Los que se tengan que dar por aludidos... OS QUIERO


(((maca)))

jueves, 8 de diciembre de 2011

Historia para no dormir

El fondo es negro, la tarde es cerrada y anuncia una noche de película de miedo: sin estrellas por la polución pero con
El cielo no asoma estrellas, ni noto tu mirada reflejada en la luna; sé que te cubre el mismo cielo pero ni estás conmigo ni te siento. La noche se ilumina de farolas, de luces de Navidad y de las pantallas de los miles de iphones y blackberrys de los madrileños. No pretendo encontrarte aquí, aunque no estaría de menos. No me tropiezo con cada mirada desconocida buscando tus ojos pero me parece haberte visto a lo lejos.
Ando, no llevo un rumbo fijo, no tengo que hacer otra cosa que no sea lo que estoy haciendo: caminar, que me de el aire, moverme rápido entre la gente y tener que quitarme capas de ropa por el calor que estoy teniendo.
Las tiendas están abiertas y procuro no pararme en cada escaparate que me llama insistente, como tu recuerdo, para que me acerque y contemple, o para llamarte y preguntar "qué estás haciendo". El bolso se resbala por mi hombro y cae al suelo, hago malabarismos entre compras de Navidad, el foulard, el móvil y mi cerebro. La gente va abrigada, lleva guantes y gorros y los que no van de la mano de su amigo o su pareja lo van de la de sus hijos.
Cruzo la carretera y veo pasar los coches. Tú no estás, claro, ¿cómo iba a encontrarte? Esta ciudad es tan grande y nosotros tan pequeños... Si las ganas de verte se midiesen en watios no cabrían bombillas en la calle para iluminarte, si nos cruzasemos no sería el azar sino Dios, que de tanto pedirle se cansó de oírme y te puso en mi camino.



(((maca)))

lunes, 5 de diciembre de 2011

Venme a buscar

Te ries como siempre, vuelves a sonreir como si nunca te hubiese hecho daño y como si nunca me hubieses querido. Antes en las fotos siempre salias serio, decías que no te gustaba tu sonrisa y aún así yo te recordaba que la adoraba, como a tí, por encima de todo. De eso hace ya tanto tiempo...

Ahora soy yo quien llora porque no estás, porque te has ido y lo peor de todo es que ya no me precisas para nada. Sabes atarte los zapatos solo y si quieres besar ya no preguntas por mis labios. Eres feliz, se te nota en la mirada brillante, en que ya no andas encorbado y cuando me miras, ya no hay amor y miedo, ni siquiera me odias lo sé, solo guardas recuerdos obsoletos y la más dolorosa ignorancia.

Me duele verte feliz, me gustaría que me odiases al menos, para que así sintieses algo hacia mi: es cierto eso que del amor al odio hay un paso, ojalá me odies para volver a quererme. Ojalá perdones que no me tomase en serio tus palabras, que solo jugase contigo cuando me apetecía jugar. Si algún día te encuentras con una foto mia, si algún día descubres entre tus papeles alguna de mis cartas... por favor, llámame, perdona y vuelve a quererme porque ha hecho falta que me olvides para dame cuenta de que quiero estar contigo.

Me acuesto pensando alguna idea genial para volver a enamorarte, sueño contigo y me despierto creyendo que me abrazas.


(((maca)))