La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Amor para el basurero

Digo Diciembre y me entra el frío, las yemas de los dedos apenas sienten el teclado que ni acaricio ni golpeo, echo la vista atrás y... silencio. Ya es diciembre y sigo sin acostumbrarme a no poder desnudarme delante del sol, a no ver el mar y a llamar a mi perro desde la cama y estrujarle con besos debajo de la sábana. Llevo tres meses en Madrid, y desde que llegué las cosas han cambiado. Volví después del verano, más morena y rubia que ahora, mucho más guapa aunque mis amigos insistan en decirme que ahora estoy mejor. (La amistad, es lo que tiene, mentiras piadosas para hacer sentir bien a quienes queremos... ) Vine con ganas, como cada septiembre, con la idea de comerme la ciudad y acabar de la mejor manera la carrera. Llegué cargada de maletas y con cien planes por delante, noventa y nueve de aquellos eran junto a alguien con quise compartir todo y que, a día de hoy, compartimos poco más que conversaciones irrelevantes de cuando en cuando. Como si nunca me hubiese dicho que era la chica más guapa que había visto nunca, o como si yo nunca hubiese contado los días para volver a vernos.
Vine con una historia de amor debajo del brazo, la dejé colgada del pomo de alguna puerta y cuando fui a buscarla ya no recordaba qué había perdido; bueno, no pasa nada, sé que por muy bonito que hubiese sido todo no era más que algo muy simple con la fecha de caducidad escrita bien grande en la portada.
Y como de todo procuro sacar algo útil, de esa historia saque la conclusión de que no estoy hecha para querer a alguien, no ahora, y sobretodo no estoy hecha para que nadie me pueda querer. Sin que parezca un drama, pero así lo veo.
Soy capaz de enamorarme de un florero, de un día de sol, de una nube en el cielo, de una hormiga, de un llavero... Puedo querer hasta ahogarme, hasta dar de mi el 200%, pero a pesar de eso no me veo ahora queriendo a alguien que este fuera de mi círculo de amigos o familia; alguien que conmigo forme un círculo único y exclusivo. Uf, no, que va, es que no puedo, y mira que lo he intentado... pero está comprobado.
No quiero perderme por nadie, meterme en la cama y no poder quedarme dormida hasta las 3 de la madrugada por estar pensando en Fulanito, que mi felicidad dependa en exclusividad de esa persona. Me parece ridículo, patético y soporífero.
Veo esas fotos de parejas besándose o cogidas de la mano, esas que ven mis amigas y se les escapa un suspiro y a mi me entran ganas de pegarme un tiro. No es que no crea en el amor, pero es que no creo en el amor conmigo y alguien. Y no es culpa de los chicos que he conocido -que bueno, tampoco han sido lo mejor de lo mejor pero no me quejo de ellos- ni culpa mía. Creo que es más bien de las ideas que se nos van imponiendo por ver películas, ciertos libros y, sobretodo, por haber nacido mujer y por tanto con este cerebro en forma de corazón de goma.
Creo que estar cerrado al amor es una decisión tan válida como otra cualquiera, no entiendo porqué se supone como algo normal que una chica quiera tener novio si está soltera, o que cada vez que un chico guapo le lancé una mirada cómplice tengamos que derretirnos y empezar a soñar con una historia propia de los cuentos de hadas. Como si nosotras fuésemos princesas, y como si ese chico al que miramos le gustase leernos poemas de amor hasta las 6 de la mañana.
No entiendo porqué la gente quiere encontrar a alguien a quien llamar "novio/a" con tanta energía, como si su vida, su intimidad y su tiempo no tuviesen ningún valor, porque están deseando compartir todo con alguien que desconocen, que simplemente les ha guiñado un ojo.
 Y digo "cerrada al amor"; a esa clase de amor absurdo que parece más intenso cuanto más fotos nos hagamos dándonos besos, cuanta más gente se entere de que nos queremos, cuantas más noches me escribas "te quiero". Yo no quiero ese amor, yo quiero un amor que sea capaz de atravesarme incluso sin yo quererlo, un amor de esos que valen la pena, de esos que dan sentido a todo. No quiero un amor absurdo, un amor que me provoque más dolores de cabeza que carcajadas, un amor de escaparate, un amor sin cimientos.


(((maca)))

No hay comentarios:

Publicar un comentario