La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Océano

Si sientes frío y necesitas compañía,
si estás cansado y echas de menos la alegría,
si cada vez te cuesta más mirar al cielo,
si estás buscando algún consuelo.

Si te parece que ya no existen las estrellas,
que solo eran sueños de niños cada una de ellas,
que el sol se ha helado,
y que la risa no es más que un sueño, si estás muy solo, como sin dueño.

Cambia tu manera de vivir,
échale a la vida más sentido,
si no tienes ganas da lo mismo,
otros van buscando tu cariño.

(...)


Así dice una de las canciones que se inventó mi tía Carmen Martorell, hija del abuelo claro, de quién sino.
Ayer por la mañana mi abuelo cumplió el sueño de todo hombre, el sueño que tenemos desde niños, desde antes de nacer incluso: llegar al Cielo. Es un sueño infantil, un sueño maduro que nos da miedo.
El ser humano, por naturaleza teme lo desconocido y lo superior, por eso a veces tenemos miedo a Dios, cuando se nos pone delante y permite cosas que no entendemos: pensamos que tal vez un día nos coja a nosotros y deje que sucedan cosas incomprensiblesdesde aquí abajo. Es lógico que nosotros, seres humanos simplemente, seamos así: tal como somos. Mi abuelo es un ángel, y nunca antes lo había sido porque en la tierra eso no es posible: no hay cabida para eso en nuestra cabeza y mucho menos en nuestro cuerpo. Ahora él está más feliz que nunca, ya no volverá a sufrir y nos mira desde arriba así. Ha vuelto a estar con sus padres, con sus hermanos, con sus compañeros de la marina; ahora está con tía Belu cogido del brazo y ella le canta una canción con su niña.
Ahora, estemos dónde estemos y hagamos lo que hagamos él está con nosotros. Yo lo noto a mi lado, y sé que tú también. Antes siempre acudiamos a él para verle, para escuchar algo inteligente cuando nos hace falta, para verle reír: para sentirnos un poco importantes.
Hace tiempo, antes de siquiera pensar que podría llegar este día, yo le pregunte indirectamente que qué podríamos hacer cuándo el ya no estuviese, a quién cómo él podría pedirle consejo o quién se alegraría tanto cómo él si saco un sobresaliente; quién sería cómo él. Recuerdo que me miró como él siempre miraba, con esa mirada sumamente limpia y azul de tanto ver el mar; me vino a decir que el habla y tiene la suerte de ser escuchado, que él habla y sabe porque ha vivido y que todo lo que dice lo dice porque Dios se lo dice a él. Tal vez yo no me explico bien pero sé que es cierto, mi abuelo estaba tan unido a Dios que era más que un abuelo, más incluso que un guía espiritual: era más, y sigue siendolo siempre, un ejemplo. Y no lo digo porque se halla muerto o porque soy su nieta y ¿qué voy a decir sino? Lo digo porque es cierto, porque lo quiero y lo noto conmigo.
Hace unos días decía que no podía escribir, lo decía porque me veía incapaz de hacerlo. Viviendo estod días con el abuelo, todos nos sentiamos muy raros, por eso estabamos juntos y lo seguimos estando ahora. Decía que no podía escribir porque no podía explicar lo que sentía, no porque no escribiese mi teclado o porque se me hubiesen olvidado las palabras. Hoy en cambio es diferente: parece cómo si Gabriel, me gusta llamarlo así y además tiene un nombre precioso, me ayudase a hacerlo. Le he leído varias cosas que he escrito: cosas sobre mi madre, sobre mi sobrino, sobre él, sobr etodo un poco... sé que le gusta leerme, le gusta escucharme y por eso ahora permite que pueda volver a escribir. Él ordena un poco mis emociones y hace que escribir vuelva a ser algo sencillo.
Imagínate poder tenerlo al lado siempre que quieras, imagínate no tener que salir de tu casa y tener que andar a Nuevos Ministerios, no tener que cogerte el autobús 7 en la esquina de Joaquín Costa con la Castellana para ir a verle. Imagínate no salir de clase antes de tiempo y decírle a tu madre que esque hoy el profesor acabó antes cuando en realidad no lo ha hecho y lo dices solo porque quieres estar con ellos. Imagínate no tener que ir al hospital si está ingresado, imagínate no echarlo de menos. Yo ya no tengo que hacer eso, ningúno tenemso que hacerlo porque ahora siempre va a estar conmigo, contigo.
Seguiré andando hacía esa esquina para cogerme el autobús 7 porque quiero estar con mi abuela, porque la capacidad de estar en todas partes solo la tienen los ángeles y mi abuela aunque casi roza ese estado, tiene los pies en la tierra.
En fin, solo quería hablar de él un poco. Espero que quién me lea y conozca al abuelo lo identifique, y quién no haya tenido la suerte inmensa de conocerlo, ya lo conoce un poco más. Que sepais que aunque ya no esté en su casa y yo no pueda verle no voya dejar de escribir de él cuando me de la gana, ¡nunca!; eso sería como no aprovechar la fruta de un huerto: si está madura, en su punto exacto, hay que cojerla a tiempo. Cómo el abuelo lo noto conmigo pues diré lo qué sea de él siempre.
Acabo escribiendo algo que el abuelo me dijo hace un par de meses "tú conmigo has descubierto un océano".


(((maca)))

1 comentario:

  1. maca!!m encanta ver cmo ablas del abuelo!!q preciosidad!!stara feliz d ver tdo.......mil bsos
    isa:)

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