miércoles, 15 de diciembre de 2010
París
Y llega la fecha esperada y al fin se vá, no ha puesto demasiadas cosas en la maleta pero sabe de sobra qué es lo que se lleva; lleva pensándolo muchos días. Sale de casa, se vá al aeropuerto y se preguntá que será de él cuando vuelva: a lo mejor vuelve tan feliz como ahora, tal vez incluso más.
Van a volver a verse después de... no sé, unos meses; es lo que tienen las fronteras.
Ahora brindarán con champagne francés y aprovecharan esos segundos.
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