La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

lunes, 13 de junio de 2011

Sudar neuronas


Se cansa y el curso le ha explotado. No importa quién sea, creo que es un poco de todos y todos somos como él un poco.
Ve llegar el día próximo con ganas o con falta de todo hasta de su otra sombra, y se arrastra por la calle y el calor evaporiza sus pensamientos. Suda desolación o fatiga, pide que el aire se vuelva frío, limpio, nuevo y que si cierra los ojos le salpique la lluvia y las olas.
Golpea la mesa , el ordenador; cierra la puerta y exprime la fuerza que le queda en su batidora. Sueña con los días donde podrá disfrutar el sol que ahora entra y persuade la cortina de su estudio o de la oficina, sueña que unos días estará con la sonrisa y las gafas tintadas puestas 18 horas al día y... las 7 restantes, porque en verano los días miden 25, los pasará durmiendo cerca de la brisa, de la familia, de su amor o de su sueño ya real.
Y ahora, mientras camina agotado el asfalto le quema la suela, los coches contaminan su garganta y sus ojos se cierran solos: cambiando el gris por el azul o el verde mar. El pelo brilla por el sol enmascarado en polución, los brazos se le agrietan por falta de abrazos; los labios beben secos agua con falta de sal y la piel se vuelve tirante: necesita humedad.
Y la ciudad sigue, nunca se para y nosotros nos caemos y levantamos, aprobamos y suspendemos, llegamos tarde o apurados y ella... ella nos mira desde sus aceras y espera que cuando volvamos de navegar la queramos tanto como ocultamos a los demás.



(((maca)))

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