Sola, déjame sola llorarle al tiempo,
sola, que rehúya tu silencio.
Lágrima que crece y no nace,
temblor de dedos,
garganta seca,
busco humedad y no la encuentro.
Lloro sin materia,
falta fuerza en grito
y no pronuncio lo que digo.
Hablo con gestos,
el aula se achica,
me esteremezco.
No te encuentro.
La despedida cuanto más corta más fría,
y si no existe daña:
como el hielo en el corazón,
compunjido por tu estaca.
Dejo de soñar porque se ha cumplido el sueño,
y los pajarillos cantan,
y las nubes se levantan.
Yo, con el sudor del segundo anclado,
tú, con el tedioso olor del tabaco.
Yo me voy, os dejo lejos,
tú no miras, eres cemento y hormigón,
calor y frescura,
soñar y sueño.
Vuevle a cobijarme cuando me recuerden,
sonríeme como tú sabes,
no hagas que olvide que te odie y hoy te quiero.
Madrid cierra los ojos para no verlo,
las despedidas duelen si se ha querido,
y si no existen daña:
como el hielo en el corazón,
compunjido por tu estaca.
(((maca)))
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Venga, más competencia en la poesía. Y además buena, lo que faltaba.
ResponderEliminarPrecioso! Es buenísima!!! Arriba peque!!! Bueno ahora toca despedidas y eso duele! En poco tocará pasarlo bomba, vacaciones, playa... MUAAA
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