Cojo aire, intento quitar todo de la cabeza pero me resulta imposible.
El martes me acosté pronto, necesitaba dormir y no iba a hacer nada útil así que me metí en la cama. Un, dos, tres... empiezo a toser; llevo dos días con tos idiota: este tipo de tosidos flojitos que te salen solos y hacen que te pique la graganta.
Un, dos, tres... vuelvo a toser. Me viene a la cabeza el exámen de economía: me agobio. ¡Maca relajate! Otra vez el picor de garganta y... "¡atchús!" , "¡atchús!"
No quiero que sea así pero empiezo a dar vueltas en la cama pensando en los exámenes, qué me queda por hacer... trabajos, artículos, la entrevista... Me agobio. Me agobié y no conseguí quedarme tranquila hasta que abrí el ordenador y comprobé que tenía las cosas puestas en orden. No conseguí dormirme hasta las dos, he tenido noches en las que me he dormido mucho más tarde...
Y hoy me desperté y el agobio se levantó conmigo: me robó parte del desayuno, se coló en la ducha y arrugó mi falda. Estuvo a mi lado todo el día, incluso después de haberme quitado, supuestamente de encima, el peso del exámen de economía: en realidad no me he quitado ese peso, realmente ahora pesa más que antes.
Llevaba días de estar genial: sabía que lo que me toca ahora es estudiar pero más me valía la pena ver el lado positivo a estos días, y... al menos en febrero tendré quince días sin clases... Estaba contenta, satisfecha.
Pero el martes por la noche llamó el agobio a la puerta, no quise abrirle por desconfiada y se acurrucó en la alfombrilla de la entrada. No por buena sino por descuidada abrí un poco la ventana y entró pasó los barrotes, se metió debajo del sillón y luego bajo el edredón. Con el dí vueltas y más vueltas.
Esta noche ya no tenía el agobio conmigo, cuando ya me había empezado a acostumbrar a el me dejó sola, se levantó sin hacer ruido y s efue por donde había entrado. No lo echo de menos, estoy tan bien como antes.
(((maca)))
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario