La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

martes, 23 de noviembre de 2010

Superhéroes


Ya sé que siempre estoy con lo mismo, con lo que fue o pudo haber sido y de lo que tengo ahora poco aprecio. Sé que soy una pesada, que es cansado leerme si solo hablo de ayer pero es que el hoy es bonito solo por serlo pero no puedo evitar enamorarme de imposibles. Puedes leer las frases con calma, tienes tiempo.
Hoy el abuelo estaba cansado, ha dormido mal y se le cerraban los ojos y su cabeza se caía hacía un lado, suave. La abuela sigue sentada a su lado, cogida de su mano y charlando de todo un poco; todos hablando también un poco por hablar.
Habar por hablar digo porque hay que conseguir que el abuelo se mantenga despierto, que participe en la conversación: somos buenos haciendo eso, disfrutamos y le hacemos reír. Le preguntamos qué planta nos podemos comprar… le confieso que quiero un bonsái, María pregunta qué planta es mejor para interiores… no sé, lo que sea que pueda interesarle más que el sueño. Como no quiere dormirse lucha un poco consigo, le cuesta pero vence y habla de corazones húmedos. Igual que su corazón, a veces se le humedecen los ojos: se acuerda de su madre hoy especialmente y conseguimos que acabe hablando de su familia. Delante de mamá habla de cada uno de sus hijos, no habla bien de de todos porque mi madre esté delante sino porque de ellos no puede hablarse de otra forma. Cada uno es diferente, y cada uno tiene sus cosas, su familia, su ciudad… pero todos son hijos de Gabriel y Beluca: todos son Martorell Lacave. El abuelo habla del pequeño Tonin, y de Belu y su organización.
María vuelve a contar las noches en las que me sacaba de la cuna siendo yo bebé y me llevaba a la litera, mamá preguntaba “quién ha robado al bebé” y María me escondía. María contó que hasta hace poco yo siempre le pedía que me contase “cosas de cuando yo era pequeña” , como si ahora fuese muy mayor… Entonces me acordé de los cuentos que me leía Candela, de las sabanas blancas de lunares azul, naranja y amarillo. De los loros, ahora creo mutilados, que colgaban en mi habitación.
Y el abuelo vuelve a sonreír.
La abuela llega y pregunta a su marido cómo está; “tan bien como siempre”. No es lógico no preguntarle cómo se encuentra, creo que es normal hacerlo pero… siempre que alguien lo hace, yo siento vergüenza ajena. El abuelo suele responder con su humor inglés y no añade mucho más.
Aquí son grandes y muy buenas noticias que el abuelo haya engordado 300 gramos, que se haya comido una finísima rebanada más de pan o que diga que le ha gustado la comida porque ha podido saborearla. Aquí son logros las cosas pequeñas, aquí lo pequeño parece improbable pero es posible.
Me da pena verlo así, alto como siempre pero tan chupado; como si le hubiesen absorbido la energía y la grasa. Sumamente delgado, sumamente cansado y tan sumamente aferrado a la vida.
Mi abuelo es grande; es una enciclopedia de valor incalculable y de profundidad infinita, de tapas duras pero lisas, de páginas repletas de vida y de circunstancias. Es un superhéroe, es el superman de todo hijo, nieto y biznieto.
Mi abuelo salva vidas y esperanzas, limpia corazones y almas, absorbe lo malo de la gente y lo escupe; mi abuelo es un superhéroe en versión moderna. No ve la tele porque dice que no hay nada que valga la pena, apenas lee revistas y solo lee el periódico que él considera. No es abierto en opiniones pero al final, pueden pasar incluso años, acaba aceptando lo que es bueno y rectifica si se ha equivocado. Mi abuelo tiene dedos de pianista y manos manchadas, piel suave: más incluso que la de un niño.
Es elegante, correcto y un poco maleducado pero es que es libre. Mi abuelo es el padre de mi madre, es el amigo que he descubierto y el consejero perfecto. Es capaz de hacerme reír con solo una palabra, de sonreír con una mirada y de llorar si no hace nada. Con él ha llegado incluso a faltarme la respiración: cala tan hondo lo que dice que se te olvida que para vivir no solo hay que sonreír un poco, sino que es útil inspirar y expirar de vez en cuando.
Es como Batman, Spiderman, el Capitán Trueno o Popeye. Su Olivia es Beluca.

(((maca)))

6 comentarios:

  1. Maca qué precioso... como siempre, una vez más, me emocionas
    Te quiero

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  2. Sumamente delgado, sumamente cansado y tan sumamente aferrado a la vida...
    Emocionas, pues sabes plasmas con palabras lo que se vive al estar con el, al verlo ahora asi, ¡consumiendose pero cada vez MAS aferrado a la vida!
    TE QUIERO
    Cande

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  3. Maca, cuando te conocí, tenías trece años, y entonces nos encantaste!! todas hablabamos de la maravillosa hermana pequeña de Cande ( porque eras la más chiquitina, jaja). Pero es que ahora, pienso que eres maravillosa!!! es increible todo lo que transmites, y como describes todos los momentos que pasas,... . Sólo se me ocurre decirte que me ha encantado lo que has escrito, que yo tb pienso que tu abuelo es un superheroé ( aunque no lo conozca)y que me has hecho llorar con tus palabras, pero no de pena. Yo también compraré tu libro!!Muaks!Mina!!

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  4. Precioso. ¡¡sin palabras!! MªLuisa tu prima

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  5. "Vas a hacer que me ponga rojo, che nena...", te dijo el abuelo cuando ibas a leérselo. Te quiero

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