La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Recuerdos de qué era el sol (I)

Un hombre. Ni muy mayor ni recién entrado en los 50, calculando a la ligera: de la década de los que les asustó internet pero han dejado de escribir cartas. Estaba sentado en esa terraza plateada, azul y blanca, con las sillas de mimbre y un salero en cada mesa; estaba sentado y solo contemplaba como la gente pasaba. Admiraba las faldas de las niñas volando al viento, perseguía los pasos de sus madres y las miradas de los padres asombrados.
Absorbía por la nariz ese olor seco del whisky, movía los hielos con cuidado y daba pequeños sorbos seguidos de un largo ronquido. Le costaba respirar y ver el lado bonito de la vida, el que había llenado de luz de sol aquella tarde, el que permitía que las risas y los helados formasen un perfecto caos en esa terraza donde las personas vivían y convivían largas horas.
Su jersey sobre los hombros sobraba pero no se lo quiso quitar porque a pesar de todos los pesares, seguía conservando aquella imagen impecable de hacía algunos años: cuando podía ver los rayos del sol despertarle de la cama, cuando no admiraba a los demás sino que tambien a si mismo.
El vaso se resbalaba entre sus grandes y temblorosas manos, quería esconder sus miedos pero no podía ahogarlos ni si quiera en un vaso tan ancho, a veces la vida te hace temblar por miedo, a verte solo por ejemplo, y entonces las manos vacilan aunque antes hubiesen tenido fama de ser firmes como lo fue tu vida.
Detuvo su mirada en una mesa azul, blanca y plata como las demás, pero distinta al resto porque en ella encontraron sus ojos a una familia completa, que parecía feliz y sintió envidia aun sin querelo. Sin esperarlo se vió solo, se vió más solo que nunca y ni siquiera puedo gruñirle a su sombra porque el sol era tal que se la había robado.

(...)

(((maca)))

2 comentarios:

  1. Ni las mamás ni las faldas levantadas por el viento indiscreto pueden alejar la profunda soledad de quien perdió su sombra.
    A mi también me gustan esos vasos anchos.

    El discurrir de la narración es encantador , introduces en el argumento.
    Pensando , pensando -¿en donde vi esta cara? Si ya sé, el la Plaza de Portugal?
    Me gusta como escribes , volveré.
    Ese hermoso pastor alemán era o es tuyo.O estoy soñando!!!!
    Un beso

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  2. guapi muchísimas gracias por pasarte por mi blog! seguiré el tuyo sin dudarlo!!
    :)

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