Un hombre. Ni muy mayor ni recién entrado en los 50, calculando a la ligera: de la década de los que les asustó internet pero han dejado de escribir cartas. Estaba sentado en esa terraza plateada, azul y blanca, con las sillas de mimbre y un salero en cada mesa; estaba sentado y solo contemplaba como la gente pasaba. Admiraba las faldas de las niñas volando al viento, perseguía los pasos de sus madres y las miradas de los padres asombrados.
Absorbía por la nariz ese olor seco del whisky, movía los hielos con cuidado y daba pequeños sorbos seguidos de un largo ronquido. Le costaba respirar y ver el lado bonito de la vida, el que había llenado de luz de sol aquella tarde, el que permitía que las risas y los helados formasen un perfecto caos en esa terraza donde las personas vivían y convivían largas horas.
Su jersey sobre los hombros sobraba pero no se lo quiso quitar porque a pesar de todos los pesares, seguía conservando aquella imagen impecable de hacía algunos años: cuando podía ver los rayos del sol despertarle de la cama, cuando no admiraba a los demás sino que tambien a si mismo.
El vaso se resbalaba entre sus grandes y temblorosas manos, quería esconder sus miedos pero no podía ahogarlos ni si quiera en un vaso tan ancho, a veces la vida te hace temblar por miedo, a verte solo por ejemplo, y entonces las manos vacilan aunque antes hubiesen tenido fama de ser firmes como lo fue tu vida.
Detuvo su mirada en una mesa azul, blanca y plata como las demás, pero distinta al resto porque en ella encontraron sus ojos a una familia completa, que parecía feliz y sintió envidia aun sin querelo. Sin esperarlo se vió solo, se vió más solo que nunca y ni siquiera puedo gruñirle a su sombra porque el sol era tal que se la había robado.
(...)
(((maca)))
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Ni las mamás ni las faldas levantadas por el viento indiscreto pueden alejar la profunda soledad de quien perdió su sombra.
ResponderEliminarA mi también me gustan esos vasos anchos.
El discurrir de la narración es encantador , introduces en el argumento.
Pensando , pensando -¿en donde vi esta cara? Si ya sé, el la Plaza de Portugal?
Me gusta como escribes , volveré.
Ese hermoso pastor alemán era o es tuyo.O estoy soñando!!!!
Un beso
guapi muchísimas gracias por pasarte por mi blog! seguiré el tuyo sin dudarlo!!
ResponderEliminar:)