La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Ya no sé echar de menos pero aun así a veces se me pone la piel de gallina.

Creo que char de menos es algo propio de pequeños y de viejos, con pequeños abarco hasta la adolescencia que cada uno puede alargarla hasta donde quiera... y con viejos, me refiero con todo el respeto, a todos aquellos que hayan vivido bastante pero no lo suficiente. ¿Se vive lo suficiente alguna vez?
Pues eso, que echar de menos es algo que se aprende fácil y que cuesta descartar pero hay que hacerlo; no podemos pasarnos la vida teniendo la capacidad de echar de menos. Yo ahora no la tengo, la he perdido y quizá sea una pena, no lo creo. No soy capaz de echar de menos, puedo recordar ciertos momentos o a determinadas personas que no van a volver pero no sé echar de menos, ya he dicho que esa capacidad no va a volver hasta que consiga llegar a vieja. Es una suerte al fin y al cabo, de pequeños somos más flexibles y esa flexibilidad nadie nos la devuelve a los 90 años, de mayor aspiro a ser sabia y es algo que no soy todavía. La capacidad de saber ciertas cosas o de tener flexibilidad es algo que nos llega en determinado momento y luego se va, o que llega un tiempio antes de irnos nosotros. La capacidad de echar de menos aparece en cambio en dos momentos de nuestra vida, es por eso que la suerte esta de nuestro lado. Ser capaces de echar de menos algo o alguien siempre sería espantoso.
No echar de menos no significa no querer a nada ni a nadie. Yo no voy a echarte de menos, lo sé, no queda bonito decir eso pero no puedo mentirte. Voy a acordarme de tí, voy a olvidar quizá ciertas fechas importantes y tal vez olvide llamarte cuando vayas al médico. Pero alguna noche, cuando la pierna al aire se enfríe y el bello de la piel me recuerde que me compraste unas medias que no uso y que existes, sonreiré por tí. O me reíre sola en la calle si veo a unas niñas reírse como tu y yo lo hemos hecho tantas veces. O cuando vea a un abuelo, a una madre, a una amiga, a un perro como Tomás... cuando huela a tierra mojada o necesite ver el mar os tendré conmigo. Porque no fui la más elástica de clase pero en gimnasia siempre sacabamos dieces, porque tal vez el miedo al potro, cuando lo supuré, me hizo más voluble y capaz de casi todo. Porque ahora no echo de menos y así vivo mejor, porque os quiero a todos pero si os echase de menos no me permitiría ser feliz del todo, os haré partícipes de mis alegrías y por favor ... no nos echeis de menos que yo también seré partícipe de las vuestras.



(((maca)))

2 comentarios:

  1. joder Maika!!!! Hace mucho ya que escribiste esto y quizás ya no pienses lo mismo porque tu no seras la misma o quizás si y mas, pero yo acabo de llegar aquí ahora en este preciso momento de mi vida y no puedo estar más de acuerdo. Coruñes viviendo en Nueva York y lo siento pero no echo de menos a nadie que ya no esté conmigo pero también me río cuando los veo, a ellos a los que alguna vez amé, en cualquier rincón de mi nueva vida. Mi vida, tan auténtica como la que fue. Gracias por expresarlo tan bien, me he enamorado de tu yo de entonces. Quizás algún día me cruce contigo, ya viejos por las calles de nuestra ciudad común y sólo entonces por un momento fugaz te echaré de menos, a t,í a mí, a todo lo que fuimos sin habernos visto jamás. Mientras tanto, la vista al frente, siempre adelante. Sigue hambrienta y alocada Macarena.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Leo tu comentario seis meses después, gracias por lo que expresas. Me llamo Macarena no Maica pero bueno, me alegra saber que te gusta esta idea y que la compartes conmigo.
      Un saludo

      Eliminar