Amo Madrid, lo siento si los madrileños se encelan por compartir su amor pero no puedo evitar sentir todo lo que siento; porque los sentimientos son así, nacen aunque no haya agua con que regarles. De pequeña aprendí a leer y a escribir, a multiplicar - más o menos- y aprendí también que el querer no tiene medida, así que supongo que cuando van pasando los años y crecemos en algo más que altura vamos queriendo más a quienes ahora queremos, y más también a las ciudades que amamos.
En Chamberí la primavera vuelve a asomarse, esta vez parece que no quiere irse, y yo me alegro, y le doy la bienvenda y prometo recibirla con algunas flores en mi balcón, tal vez geranios. Las floristerias lucen mas flores y colores. Miro al cielo y ruego que guarde su humedad.
Se abren y cierran portales, nuestras bocas saborean el jugo de la primavera, y con sudor lo exprimimos. Cada calle guarda una historia y algunos balcones de Vallehermoso recuerdan tu olor.
(((maca)))
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