La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

sábado, 18 de mayo de 2013

A MI PADRE

Voy a escribir de ti, para ti, por paciente. Porque has leído cosas mías que hablaban de todo, incluso de ti, pero nunca has leído lo que hoy te mereces.
He escrito de ti siempre que me ha salido del corazón, el problema es que muchas veces de las que escribimos con el corazón es cuando este se nos encoge o nos lo retuercen o cortan en cachitos diminutos, y claro, de cosas como esas suelen salir escritos bastante tristes o grises.
Imagino qué sensación debe de ser la de tener un hijo que escriba casi a diario y solo haya escrito de tí en un par de ocasiones, que haya escrito más sobre sus amoríos de adolescencia que de tí, y mucho más de su ciudad natal, o de su carrera universitaria, de sus amigos, de su familia... pero nada de tí, con todo lo que yo te debo.
Tú no lo sabes pero te debo miles de cosas: para empezar mi vida, porque si tú y mamá no hubieseis querido yo no estaría ahora escribiendo, ni sobre ti ni sobre nada ni nadie. Te debo miles de gracias por enseñarme a pescar, por enseñarme a sumar y a restar y más adelante intentar hacerme comprender que sin una buena base en matemáticas es muy difícil avanzar en la vida (ya ves que nunca he sido muy buena y aún así voy avanzando.) Me has enseñado, junto con mamá claro está, a lavarme los dientes siempre después de cada comida así que si ahora alguien me dice eso de "que dientes tan blancos tienes" tendré que llamaros para daros las gracias por inculcarme la limpieza, el orden, la constancia y el amor. Gracias por enseñarme la importancia del valor de la familia, por llevarnos cada nochebuena y Navidad a casa de los padres de mamá y por pasar muchos fines de semana en casa de tus padres. Gracias por aquellos días de julio limpiando la piscina, podando los setos y cortando el cesped; gracias por aquel flotador que me comprasteis tan bonito, y por aquel columpio que fabricaste - solo para mi - en aquel magnolio. Gracias por habernos dejado tener tantísimas mascotas en casa - renacuajos, ranas, peces, hamsters, el conejo, el pato, el gallo -¿te acuerdas?- , las tortugas, los miles de periquitos, y a mi querido perro, el mejor de todos. Gracias por esforzaros siempre para sacar lo mejor de mi y de mis hermanos, y gracias por equivocaros; de todo se aprende.
Quiero darte las gracias papá por seguir ahí, tú sabes mejor que nadie lo que esto supone y conlleva. Gracias por haber superado un cancer, un ictus, y tanta mierda que la vida te ha querido meter. Gracias por ser padre, siempre, por haber estado cuando hacías falta y por haber faltado algunas veces. Porque gracias a eso aprendí, maduré y crecí; porque crecer se crece siempre, pero unos solo lo hacen en altura y otros crecen también con el corazón y con la mente.
Gracias por perdonarte a ti mismo, por empezar otra vez, por cambiar el amarillo de tus ojos al blanco. Gracias por dejar de fumar después de tantos años, por ser un ejemplo de superación en tantísimos aspectos. Gracias por ponerte siempre tus americanas y zapatos más bonitos cuando quedas conmigo, por dejarme todo el día tu colonia impregnada en mi ropa y mis mejillas. Gracias papá por seguir soñando, por no cansarte de tener metas en la vida, por no rendirte y por perdonar.
Dicen que no existe relación comparable entre la de un hijo y su retoño; mi relación con mi madre es incomparable a ninguna, pero la nuestra lo es también; y además estoy segura de que ningun hijo tiene una relación como la nuestra. Sinceramente, ahora que ha pasado la tormenta quiero decirte una cosa, creo que prefiero una tormenta que nos de lo que nos ha dado, que una vida siempre en calma que en realidad no lleva a ninguna parte. No digo que me alegre de los problemas, pero creo que no hay nadie tan bueno como nosotros para saber admitirlos y superarlos - ale, vaya chute de autoestima-.
De verdad papá, eres grande.
Hace años, cuando estabamos en el climax de la tormenta, a mi me daba por escuchar una canción que Alejandro Sanz compuso para su padre, "Ese que me dio la vida". Yo la escuchaba llorando como una condenada, ya sabes como soy, y pensaba, igual que pensé cuando se murió el abuelo Gabriel, que yo nunca tendría una relación así con mi padre, contigo; que no sería nunca capaz de quererte de verdad y tanto, y me odie durante mucho tiempo por eso. También te odie a ti.
Miranos ahora papá, hace muchísimo tiempo que he cambiado tu nombre de contacto en el móvil, hace años tenía "...", así, si un día se te daba por llamarme y alguien me decía que porqué no respondía a la llamada yo decía "ah no, es que es publicidad". Era idiota papá, la verdad es que todos lo hemos sido.
Perdoname, por ser una niñata, por no saber aceptar las cosas como son y por evadirme tantísimas veces. Perdona por no haberte apoyado cuando más lo necesitabas, por llevar tantísimos años sin decirte las palabras mágicas... Sí, esas: T _    Q _ I E _ O 
Gracias por tantísimas cosas, sobretodo por enseñarme con el ejemplo que lo peor que uno puede hacer en la vida es rendirse. Solo tú conoces tu historia, y solo a nosotros debe interesarnos, así que ahora que ya he borrado los tachones del libro dejame volver a darte las gracias y seguir escribiendo, con el corazón en la mano, pero sin rotos o remiendos.
No estoy orgullosa de ti, estoy orgullosísima, de verdad. Que sepas que para mi los tachones ya están borrados, olvida tú tambien los mios.


(((maca)))




2 comentarios:

  1. Hermoso y realista como la vida misma y desbordante de un cariño que hará sin dudas sentir orgulloso a tu padre,
    ¡Felicidades por ser una hija y ser así.
    Besos,

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  2. Escribes con el corazón en la mano,sin rotos o remiendos-como tú bien dices.
    Eres transparente como el cristal y quiero brindar por vosotros dos.
    ¡Carpe diem!

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