Hoy he madrugado y me he ido a la playa, desde mi casa no se tarda más que unos minutos, entre 2 y 5; depende el ritmo con el que te tomes la vida. Si no conoces el camino no es fácil encontrarme y eso me gusta, siempre digo que estoy cerca de lo que merece la pena. Cuando alguien va a comprarse una casa mira bien que zona quiere, que haya vida cerca y supermercados, pero creo que eso debe buscarse en una sola época de la vida. A mi alrededor hay tanto verde que a veces no sé distinguir entre el verde de esta montaña, el marrón del camino o el azul del mar y el cielo. Creo que no recuerdo bien cual era el color gris del asfalto, aquí lo único que nos queda de esas tonalidades son algunas de las tormentas, y se ven tan bonitas desde esta cristalera...
No creo que vaya a cansarme nunca de esto, no creo que sea posible que ningún sentido vaya a rechazar algún día tanta cosa buena: aquí todo huele diferente, húmedo; y se respira tan tranquilo... Cuando mis amigos vienen de visita siempre dicen que envidian mi vida aquí pero luego vuelven a sus casas y dicen "así soy feliz", yo solo puedo serlo si sé que siempre podré volver a esta esquinita del mundo a la que ya formo parte.
(((maca)))
viernes, 26 de agosto de 2011
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