Tal vez me he vuelto loca: cada día cambio de opinión como de ropa.

Necesito dormir para estudiar bastante mañana.
Supuestamente dentro de dos días me dicen la nota de sociología... ¡quiero saberla! Y ese mismo día tengo exámen de comunicación... ¡me tiene que salir muy bien!
Mañana, aparte de ir a ver a mi abuelo para ver que tal está después de la operación de hoy... veré a mi madre también. Hoy operaron al abuelo, la cara con la que salió del quirófano es indescriptible pero se me ha quedado gravada a fuego en la cabeza: sonrie, tiene la mirada perdida e intenta fijarse en cada uno de los que estamos allí deseando darle un beso. Levanta los brazos a la vez, los mantiene unidos y los mueve con suavidad, tiene energía dentro y se le nota. Le brillan los ojos, está emocionado. A mí me brillan también, me emociona verlo así.
El anestesista sale un momento después de mi abuelo y sigue su camino. Mi abuelo le dice "adios y gracias" con la sonrisa permanente y la voz algo ronca, el anestesista no le oye y se vá, no sabe el qué pero encontro algo en aquel hombre.
"Que fuerte es el abuelo", eso se oye y se comenta una y otra vez. No nos gusta mentir, es cierto.


Tengo ganas de ver a mamá, tengo ganas de hacer bien cada exámen que me queda. Tengo ganas de conseguir superar retos que veo como imposibles.

(la foto es del 26 de Mayo... el bebé, mi sobrino, ya cumple 2 años... ya no es tan bebé...)


5/JUNIO/2010