La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

miércoles, 28 de abril de 2010

Camina rápido, a veces se detiene


No quiero adelantar nada, solo decir que quién ha escrito esto se refiere a si mismo, ese alguien soy yo. Ayer, mientras caminaba con prisa y aveces me detenía.



"Estaba agobiada, no sé porqué pero se lo notaba. La miraba a través de la ventana, ella no sé daba cuenta pero la estuve observando todo el día. Pienso que no desayunó, lo primero que hizo al despertarse fue lavarse la cara y poner algo de música. Se sentó delante de ordenador y por su cara supe que estaba agobiada. Serán los trabajos de universidad, tal vez ya tenga algún examen cerca… puede ser que esté preocupada por alguien.
La noté apurada, ametrallaba el teclado con sus dedos y de vez en cuando paraba, se acariciaba el pelo y resoplaba. Abrió la ventana: así pude verla mejor. Estaba con un vestido largo, de estos hippies de muchos colores que se llevan en verano con sandalias; ella estaba descalza. Estuvo así bastante tiempo y al final, por su cara pude deducir que había logrado algo: tal vez terminar un trabajo que le agobiaba.
Pasó de estar como apagada a sonreír, en un solo segundo cambio la expresión de su cara. ¿Estaba llorando? No podía ser, ¿y riendo a la vez? Sí, así era, reía y lloraba, se tocaba la cara, miraba a todos lados. Subió el volumen de la música y volvió a ametrallar, todavía con más fuerza, el teclado ya lisiado. Se le veía feliz y me alegré.
Cuando lloras y ríes a la vez eres feliz, lo sé, al menos su sonrisa resplandecía esa mañana.
Se fue del cuarto así que no pude verla más, me pareció verla en la terraza tomando el sol, no más de media hora echándose agua por encima una y otra vez. Cuando la volví a ver estaba hablando por su teléfono móvil procurando coger todo lo que le hacía falta: bolso, abono de transporte, cartera, llaves, botella de agua y vaselina. Parecía que se iba de casa, tenía prisa, podría perder el autobús y yo sé bien que eso no es raro en ella. Ella se define como “un desastre”, yo no la veo así, es cierto que es desordenada, a veces tiene la cabeza en otro mundo y es imposible hacerla salir de allí, es comodona… pero apacible. Es vaga, pero depende para qué, es sentimental y pone sentimiento en todo lo que hace, es feliz y se le notaba.
La veía andar por la calle, daba gusto mirarla. Su falda de flores me recordó que ya es primavera y por el tiempo más bien parece verano, su camiseta azul intenso me recordó al azul del cielo. Caminaba rápido, como si llegase tarde a algún sitio. Sí, pensó que llegaría tarde a la universidad pero llegó justo a tiempo.
Se preguntó porque se le ocurrió por la mañana ponerse esas botas, son sus preferidas pero con este calor… ¡mañana llevará sandalias seguro!
Cuando salió de clase seguía feliz como antes, andando con prisa y deteniéndose a veces. Miraba a todas partes como una turista en la gran ciudad, se paraba en medio del bullicio y sonriendo escribía algo en una pequeña libreta de flores; a veces escribe mientras va andando y no sé como lo hace, pero todavía no se ha chocado con nadie.
Mira al cielo y se ríe, se que le parece un día fantástico, antes no sabía que le pasaba pero ahora sí.
Sonríe porque hace sol, porque le encanta ir sin medias, porque hoy ha entregado un trabajo que la tenía asfixiada, porque hoy recibió un mensaje de su amiga que le dio vida, porque hoy va a ver a su madre que ha venido de La Coruña, porque… hoy su abuelo ha ido al médico y le han dicho que el cáncer no se ha extendido.
Ahora entiendo porque reía y lloraba a la vez, ahora entiendo cada uno de sus pasos, cada sonrisa y cada parada en medio de la calle para escribir algo.
Ahora entiendo por qué decidió pararse en medio de Nuevos Ministerios para recoger unos papeles que se le cayeron a una señora al suelo. Ella tiene agorafobia, miedo a los espacios abiertos, y no le atrae nada la idea de tener que pararse ahí en medio, y menos agachada: contemplando todo desde lo más bajo, como si fuese un diminuto guisante rodeado de gigantes en movimiento. Pero se paró, recogió hasta el último papel sin dejar de sonreír. Estaba feliz y se empeñó en serlo en todos sitios. Sabe que si tienes un miedo hay que enfrentarse a el, y ¿qué mejor que hacerlo ese día?
Sonríe, lleva el periódico en el que ha publicado un artículo sobre uno de sus favoritos: Ismael Serrano. Se lo va a enseñar a su madre y a sus abuelos.
Caminaba rápido, la perdí entre las calles."

28/Abril/2010



(((maca)))

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