Parece que no quiere irse el frío, y en la mayor parte de España la lluvia tampoco; bueno, tendremos que contentarnos con esto, no vamos a quejarnos que el invierno fue más duro y aunque lo veamos algo lejano las margaritas empiezan a brotar de nuevo. Quizá no todos tenemos la suerte de ver flores cada día, porque del camino de casa a la Universidad solo hay asfalto, o del camino del trabajo a casa solo hay acera humedecida... es esta lluvia que no quiere despedirse.
Querida lluvia, te hago saber que me hubiese gustado alargar mis días en La Coruña y que esta última vez al despedirme volví a llorar. Igual que no me gusta irme a mi entiendo que tu no quieras irte, pero lo tuyo ya es pasarte maja. Me fui de allí porque Madrid me llama, me reclaman las clases, trabajos y futuros exámenes, me espera su gente y sus calles y aunque adore La Coruña sé que lo bueno en exceso deja de ser bueno. Por eso me fui, por eso tienes que irte y ya que estás... regalanos un par de grados.
(((maca)))
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¡Me gusta! Queremos sol!!! MUA
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