La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

martes, 2 de abril de 2013

Andar por encima del suelo

Con la barriga llena y el alma rebosando crucé el semáforo en rojo, advirtiendo el peligro corrí hasta la otra acera y me detuve jadeando ante el puente azul y blanco, como el corazón de mi hermano. Lo contemplé durante unos segundos que parecieron años y sin pensar en otra cosa me dispuse a cruzarlo; dos pasos, solo dos pasos di hacia adelante, y el triple de ellos hacia atrás. Tengo vértigo, y ese puente siempre se me ha presentado como un reto, aunque puedo alardear de haberlo cruzado ya un par de veces.
Llovía, aunque para un gallego eso solo es chispear, y entre eso y el viento que azuzaba en mi espalda para ayudar a superar mis miedos volví a poner un pie, el derecho, sobre la acera que abre camino al puente. Me paro, respiro, me mojo, me pongo la capucha y me rindo; no cruzo el puente así que lo paso por debajo, haciendo el camino más largo, el de los vagos.
Mientras camino y me mojo me quito el abrigo, mi cuerpo arde aunque digan que haga frío. Solo pienso, mientras mis ojos se cruzan con las vigas que mantienen esta obra de la ingeniería, que debería estar andando a un par de metros del suelo, y no aquí abajo, con el resto de mortales. Sé que hay otro puente a un par de minutos, no tengo que cruzarlo para llegar hasta donde quiero pero mi cabeza me dice "hazlo" y la adrenalina que se rebosa del pecho me dice "corre". Así que corro, hacia el otro puente, y lo cruzo sin dejar de correr y cuando llego abajo me siento capaz de cualquier cosa.
Continuo, caminando sin abrigo para notar bien la lluvia en la piel.


(((maca)))

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