Hay que ver cómo empiezan las cosas, no cómo lo hacen las que terminan; porque lo cierto es que cuando algo acabo nunca sabemos a ciencia cierta cuando lo hizo. Es mejor no dejarse llevar por los fracasos, pensar que después de ellos uno ha de cogerlo todo con más fuerza y que siempre, todavía, somos capaces de llegar a la cima. Agobiarse es lógico, sentir nostalgia no está considerado un delito, pero aun así nos martirizamos a veces por sentirnos mal; somos humanos, aceptemos que no hacemos todo bien, y que un pequeño porcentaje de lo que nos ocurra a nosotros y a nuestros seres más queridos no depende de lo que nosotros queramos o hagamos, sino de los demás, del destino, de la mariposa que revolotea al otro lado del mundo... o lo que queráis creer.
Sonando Michael Giacchino cada palabra es más profunda, cada una de mis ideas se reiteran con más fuerza, y mientras leo en voz alta lo que escribo imagino una mariposa marrón, con manchas oscuras y blancas en sus alas posándose en una preciosa flor amarilla, al otro lado del planeta. Sus alas parecen frágiles aletean y mueven el viento suave, pero con tanta precisión que sus efectos provocan en mi una sonrisa irrevocable, aquí, en el lado opuesto del planeta.
(((maca)))
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