La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

martes, 14 de agosto de 2012

Ya le vale a la Virgen de la cueva...

La Coruña esta mojada y hoy aquí no ha sudado nadie. Los barcos se han ido y solo quedan mis apuntes con arena de otra playa. Como siempre ha pasado lo que predije, lo que no imaginé que ocurriría ha ocurrido, y lo que dejé con un quizá en presente se ha quedado en la mente de algún niño.
Oscurece y solo esta ciudad se muestra ante mi como ella sabe, con su belleza infinita aunque haya pasado el día más gris del verano.
Pasan los días y aunque aparentemente no ocurra nada digno de escribirse en un best seller, podría adornar con flores y guirnaldas las mejores páginas de un diario. Las luces de las casas, farolas y stands publicitarios se reflejan en la enorme cristalera del edificio de oficinas que hay enfrente de mi casa; brillan las luces rojas de los frenos y las verdes de los semáforos que dejan paso a los sueños encedidos.
Huele a tierra mojada, pero no a tierra seca humedecida, sino a tierra húmeda empapada: encharcada por meigas que despiden las primeras semanas de un agosto un tanto extraño. No por ser extraño es malo, recuerdo que un chico al que le gusté en la adolescencia me definió como "rara", me marcó la palabra. Me lo tomé como un adjetivo positivo, aunque siempre es preferible decir "diferente" y el culmen sería que me hubiese tildado de "excepcional", porque eso es ser en una parte distinta, y a la vez aclares que ser rara en ese aspecto, es magnífico.
Bueno, de todos modos todos somos raros, excepcionalmente iguales.

(((maca)))

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