Es posible que hayas olvidado el perfume de los que se fueron, pero hay regalos en forma de instantes mágicos que nos da la vida que nos inundan sin esperarlo de esos tesoros olfativos, y en cuestión de milésimas de segundo son capaces de revolvernos en infinitud de sensaciones. Puedes creer que has olvidado un aroma, pero un día una ráfaga de aire te devuelve ese recuerdo en forma de olor a caricia, y aunque las caricias no huelen, sientes que alguien te abraza. Puedes llamarlo magia.
El olor a lluvia besando la tierra seca me recuerda a las tormentas de veranos mágicos, el que contiene el bote azul de Rive Gauche parece guardar un pedacito de mi abuela, y me hace pensar que tal vez debería invertir el resto de mi tiempo en desarrollar una fórmula química que haga perdurable el olor de su armario.
A mi la vida me huele a flores y a canela, a piel tostada después de un día al sol; aunque aquí llueva, cierro los ojos e imagino un día de verano, y mi mente confundida al oir la lluvia me trae a la mente ese olor a lluvia seca.
(((maca)))
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