Madrid, sigues siendo mi favorita. Madrid, solo con nombrarte asoma una sonrisa en mi boca.
Suelo querer tanto que rozo el agobio y huyo, las personas a las que les importo me cogen de la mano y me trabquilizan con un abrazo y haciendome recordar a donde pertenezco. Y es que pertenezco a cada persona y espacio que me ha pellizcado el alma, y Madrid me ha pellizcado y abatido tantas veces... que sentí que era tan suya que ni reconocía mi sombra.
Era feliz a pesar del cansancio y de la inestabilidad horaria, era feliz y quizá no muy consciente.
Y de tanto soñar que huiría huí, pero no de un modo cobarde ni secando alguna pena; me fui de allí alzando el vuelo tan alto que el vértigo se asemejaba imposible ante mis ojos.
Solo veía infinito, y cálido, apacible. Algo nuevo se abría ante mis ojos.
Estoy a más de 8000 km de mi casa, de las personas y calles que me hacen sentirme yo misma. Y qué curioso es que no sé a dónde pertenezco, tengo que descubrirme de nuevo, volver a retarme y ver hasta dónde llego.
Quiero un abrazo, quiero subir a lo más alto de la montaña y decirme "aquí estoy, lo he hecho".
(((maca)))