Me bajo del tren, antes de meterme en la boca metro que me lleva a la estación más cercana a mi casa ya siento que Madrid vuelve a pertenecerme. Siento lo mismo siempre que vuelvo, no extraño nada, parece que he cerrado los ojos y en realidad nunca me he ido.
Pero claro que me he ido, y ahora que vuelvo lo hago de manera distinta a como me fui, con un libro quemado y las cenizas repartidas por mi cama, con una sonrisa a ver si el espejo se cree lo que quiero contarle.
Vuelvo y tengo tantas ganas de hacerlo que se nos corta el aire...
(((maca)))
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¡¡¡Bienvenida...te esperan tantas cosas buenas y bonitas...!!!Te quiero.
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