La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Entre botas y sandalias

Octubre es en Madrid ese mes en el que todos hemos aterrizado ya,  se nos acabó el verano y el moreno que hacía a la gente confundirnos con extranjeros se ha quedado en las fotos. Ahora no podemos quejarnos, somos hijos de padres morenos, cuyos padres eran de piel y  y ojos claros y... nosotros somos el resultado.
Estamos en ese mes en el que unas chicas llevan botas y otras sandalias, yo soy de esas, de las que todavía sueña con ir descalza por la vida, porque soy del norte y supongo que esto para mi no es ni el comienzo del frío... al menos, eso es lo que siempre digo.
La universidad ha comenzado, los nuevos propósitos dejan su poso y ya han pasado más cosas de las que hubiesemos pensado cuando todavía disfrutabamos del verano.  Octubre es maravilloso, es esa mezcla entre el placer que produce echar algo de menos y la adrenalina que da empezar cosas nuevas, quizá en la mayoría de los casos esto suceda a la gente en septiembre, pero es que yo he empezado la universidad el día uno de este mes, es lo que tiene que sea yo quien escribe.
El placer de evocar recuerdos, presencias que ya no están, es quizá mejor que un día de lluvia el cielo se calme justo cuando vas a salir de casa. Será por ser gallega que el tema de la muerte me da menos miedo que a otro peninsular, quizá porque desde pequeños hemos eschuchado historias de muertos y meigas que se nos volvían amables. Así que bueno, podría decirse que soy masoca, que me gusta a veces regocijarme en mi dolor, en lo mucho que echo de menos a ciertas personas o sensaciones que no volverán. Soy así, y al salir hoy de clase volví a sentirlo; esa sensación de desapego a todo lo que se vea afectado por la ley de la gravedad, esas ganas de solo querer estar contigo o en ese lugar exacto. Iba caminando hacia la parada del autobús y algo me decía que hoy te echaría especialmente de menos, que puedo seguir haciendote partícipe de mi felicidad, pero tambien creo que sin poder verte es difícil que tú puedas medir la amplitud de mi sonrisa. Echarte de menos no quita ser feliz, incluso pensando en ti muchas veces me sale una sonrisa idiota o incluso una lágrima de esas que dicen "de alegría".
Ha empezado octubre y entre sandalias y botas siento que sigues mis pasos.


(((maca)))

4 comentarios:

  1. Qué mágica capacidad de conseguir llevar al que te lee, a mí me pasa contigo SIEMPRE, allí a donde escribes! Yo también le he visto, olido, hasta oído su voz... "hola, bonita", con la voz flojita
    Te quiero peque!

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  2. He tenido mis gafas perdidas dos días y hasta hoy que las he encontrada...¡¡¡mis compañeritas!!!no he podido leerte.Gracias por Tanto que transmites y hacerme partícipe de ello.
    Una cosa de la que estoy segura:¡¡¡Sí que puede medir la amplitud de tu sonrisa!!!(nos ve -nos ven-con los ojos del corazón que lo hacen mucho más profundo...y sí que puedes seguir haciéndole partícipe de tu felicidad.Muuuak.Tu mami.

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  3. Maca, es precioso!!! Mama tiene razon!!!
    TQ

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