Uno: nervios y ganas. Más ganas incluso que nervios. El primer beso. Las primeras palabras.
Dos: te pellizco y me pellizcas. Es real, no es un sueño.
Tres: ya no te tropiezas al caminar conmigo. Canela y chocolate. Paseo marítimo.
Cuatro: caminar de madrugada. Llorar por miedo a que duela. Sonreír. Koala.
Cinco: cogernos de la mano para soñar despiertos. Libretas en blanco, listados y pruebas.
Diez: un boli y un folio para proyectar el futuro.
Quince: escribimos ideas. Café leche y hielo. Ballantaines. Que no atardezca.
Veinte: seguimos juntos. Me crees y te creo. Seguimos con miedo y jugamos a no tenerlo.
Veinticinco.
Treinta.
Un mes.
¿Un mes? - ¡Y parece media vida! - nos decimos.
Y dos.
Y tres.
Un año.
Dos años.
Tres años.
¿Y hoy? Hoy ya son mil días y resulta ser catorce de febrero.
Hoy ya son mil días de aquel veinte de mayo en que eramos un manojo de ganas y nervios.
Hoy quedan ciento setenta y siete días para gritar al mundo que te quiero. Para vestirme de blanco. Para decirte que "sí" para lo malo y lo bueno. Para jurarte por siempre que desde el día uno te he querido y que hoy, y siempre, te quiero.
(((maca)))