La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

domingo, 21 de octubre de 2018

2 febrero 2018

Soy la mujer más feliz del mundo, soy la más feliz del planeta tierra. No lo digo por creerme más que nadie, sino para ver si diciéndolo en alto, escribiéndolo, de verdad me lo creo.
No sé cuantas veces he dicho ya que me siento agradecida de lo que soy y de lo que tengo, si es que se puede considerar a la familia y amigos como una posesión, pero es que no siempre quien oye está escuchando, y prefiero quedar de insistente a desagradecida.
Soy feliz, ¿cómo no voy a serlo?
Llueve y soy capaz de sentir una melancolía agradable, como una caricia de esas que te remueven, que acaban en escalofrío. Aprendí que las metas y la constancia son parte fundamental de la vida, de cualquiera que tenga sentido, porque una vida sin sentido es más bien sobrevivir que vivir, y aunque la palabra sea más larga no tiene ni una séptima parte del valor de la otra.
Aprendí que la vida te sorprende y puede trastocarte los planes, aprendí que no todo va a ser lo que yo decida, entendí que muchas veces la vida decide por tí.
Estos días he aprendido algo nuevo, que la vida sabe sorprendernos siempre, también para bien, que un día llega y te sopla en el cuello y te hace vibrar, sin esperarlo descubres que puedes ser más feliz. He entendido que hay sorpresas buenas y otras más buenas todavía, sigo sin saber entender qué quiere la vida de mi pero tengo claro que yo quiero bailar con ella.


(((maca)))

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