La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

martes, 23 de septiembre de 2014

"Se busca trabajo" o "se cumple un sueño".

"No sabes lo que es la vida hasta que tienes que empezar a ganártela" - a trabajar vaya-.
"No conoces el significado de la vida hasta que no amas"
"El dolor, a veces, da sentido a la vida"
He encontrado trabajo y hoy, que es mi día libre, me ha tocado amanecer a las 7 de la mañana.  Habrá días que entre a trabajar a la hora que hoy he amanecido así que aunque ahora este muerta de sueño tendré que dar gracias de no haber tenido que salir hoy a las 6:10 de casa, como haré varios días de la próxima semana. Supongo que ya voy sabiendo qué es la vida, aunque a mis 23 años no me haya enamorado.
A día de hoy mi frase es "estoy buscando otro trabajo para compaginar horarios y sueldo". Claro, la vida aquí no es fácil -dicen- yo digo que es adictiva. Madrid es todo lo que dice Sabina, lo que te prometió La Fontana de Oro y lo que pinto Goya. Madrid son versos en forma de edificios y en gente que te llena la paleta de colores. Madrid no son pinturas negras a dia de hoy, pero son sueños desvanecidos en muchos casos, sueños latentes que se duermen y vidas que van de un lado a otro sin saber muy bien porqué lo hacen, respondiendo simplemente al acto del deseo más simple de todo ser humano: la supervivencia.
Yo he conocido Madrid en traje de luces, repeinada y dispuesta a comerse el mundo conmigo, y la he conocido en días grises en esos en los que uno duda si salir a votar o quedarse en casa lamentándose por la humanidad. Tan solo he vivido la ciudad más polivalente que podía conocer, y como en  Madrid me han crecido más los sueños que las piernas no puedo quejarme si he de acostarme antes, o dormir menos. Madrid me acogió indiscreta, y yo le regalé todos mis besos. Madrid es la razón más concreta de todos mis despertares con el pie derecho, Madrid es la niña más bonita que me ha guiñado jamás un ojo.
Ella es fiel, coqueta y culta. No es de esas que por hacer nuevos amigos te deja de lado, sabe aceptarte y sin saber muy bien cómo se adapta a ti y tú a ella hasta llegar a formar una masa indiscutible que hacen que muchas personas que no han sabido besarla no sepan responder muchos porqués. Cuando Madrid te acoge- antes o después siempre lo hace- no tienes que ponerle peros ni dudas, deja que te enamore y sé feliz con ella. No hay mayor simpleza ni receta de autenticidad en una decisión que te cambiará la vida.
Estoy buscando otro trabajo, para compaginar horarios y sueldo, para hacer algo más que sobrevivir en esta ciudad, para cumplir mi sueño, para ser quien soy realmente en la ciudad que me ha robado el sueño.

(((maca)))

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Único

Antes de haber besado al primer chico de mi vida uno que me encantaba me dijo que yo era rara, me sentó mal porque era una niña y el calificativo "raro" no suele agradar ni a los adultos. Después matizó y me dijo que ser rara es ser diferente, era también un niño así que a día de hoy le disculpo por decirme "rara" y no "diferente", "especial" o "única" incluso. Acabe tomándolo como un halago y bueno, al final nunca nos besamos, pensé que tendría que aprender más vocabulario para que eso ocurriera.
Yo era una niña repito, y lo que podía hacerme diferente era quizá el colegio al que iba, la música que escuchaba, las preguntas que le hacía... no lo sé, tal vez lo que me hacía ser así para sus ojos era que no había besado todavía a ningún chico.
Todos queremos diferenciarnos, recogemos esa chaqueta vieja de nuestro padre que está metida en una caja que huele a humedad y a tiempo y la utilizamos sabiendo que lo más probable es que seamos los únicos en toda la ciudad que la llevemos por la calle -las chaquetas que se vendieron en 1950, o bien perdieron su vida hace años o siguen escondidas en alguna caja del desván esperando a desintegrarse-. Nos queremos diferenciar tiñéndonos el pelo, haciéndonos el tupé más alto, poniéndonos los tacones más vertiginosos y escuchando música que oye, tal vez nos guste, pero reconozcamos por favor que todos nos lo pasamos bien con las orquestas del pueblo, los conciertos que ofrece el ayuntamiento de cantantes que salieron de O.T. creyéndose estrellas y han acabado estrellados.
Queremos ser diferentes porque queremos ser especiales a los ojos de los demás, queremos ser innovadores y no hacemos más que seguir las modas. Ey!, me gustan las modas, pero las adapto a mi. Sigo escuchando José Luis Perales una vez al mes aunque no sea "trendy" o todas esas palabras que se utilizan para definir categorías dentro del rebaño.
Y no quiero hablar solo de objetos, sino de personas, que es de lo que más me gusta hablar realmente. No podemos dejar que nuestros gustos y preferencias dependan de lo que otros quieran, no podemos caer en la trampa de creer que ser como esos maniquíes sin vida de los escaparates nos hará felices. La felicidad está en las personas, no en los objetos, podemos mejorarnos a nosotros mismos y ayudar a los demás a ser felices, pero unas zapatillas Nike nuevas super modernas con doble airbag y no sé que más no nos van a ayudar a ser mejores ni más felices si tan solo nos las ponemos con el pantalón por el que tuvimos que dejar medio riñón en la tienda para pagarlo y la chaqueta de 1950, sí, esa que huele a rancio pero que te hace único. Prueba a utilizar esas zapatillas para correr, para volar más lejos, para superarte, para descubrir que las metas se alcanzan, para comprobar que siempre hay nuevos retos.
Y un día sin esperarlo alguien te dirá que eres diferente, especial, tal vez único, y entonces entenderás que ahora que eres adulto simplemente eres auténtico.

(((maca)))



miércoles, 10 de septiembre de 2014

Mariposa surrealista

Estaba recogiendo mariposas, es lo que hacemos aquí, nunca me he planteado porqué lo hacemos, es nuestra labor supongo, no hay más.
Nunca hasta ahora se me había ocurrido dejar a una escapar, se fue lejos y mientras se alejaba volando envidié su libertad.
A veces solo tenemos que dar lo mejor de nosotros mismos para volar hasta donde queramos. El polvo de mariposa no es necesario para volar y hacer resplandecer todos tus vivos colores, basta con ser tú mismo y tener claro qué quieres conseguir de ti. Las trampas no son tu enemigo, es la flaqueza y el desánimo propio, no dejes de volar y hazte saber que llegarás lejos.

(((maca)))

jueves, 4 de septiembre de 2014

Septiembre inconexo

Cada año a estas alturas escribo una entrada hablando de nuevas oportunidades, de nuevo curso y nuevas metas. No es nada original ya que todo aquel que tiene un blog suele hacer algo parecido: despedirse del verano y cargarse la espalda de recuerdos y nuevos objetivos. Suelo proponerme ser más ordenada, y vivir con más intensidad los días, poco a poco soy más consciente de la importancia de las ideas y los actos de cada uno, de que la vida o se vive o se pasa, de que ya es tarde para algunas cosas pero que el "hoy" está lleno de oportunidades.
Suelo escribir en septiembre una promesa de que iré todos los días a clase, de que haré saber a los profesores quién soy y lo que valgo; luego eso se va haciendo complicado a medida que van pasando los meses y al final... veo que han pasado cinco años y ya no puedo escribir ni prometerme a mi misma que seré una estudiante excepcional. No, ya no puedo, y es que ya no soy estudiante. Esta vez sí me marco objetivos nuevos, no rehusados, empiezo una nueva etapa y puedo afirmar que será maravillosa, porque sé que si me lo propongo el día a día será una caja de sorpresas tan agradable como los bombones de Forrest.
No me gusta empezar algo pensando "lo que no pudo ser", sino "lo que ha sido". Tras cinco años me llevo una licenciatura de periodismo bajo el brazo y miles de experiencias de todo tipo que han hecho que hoy este aquí orgullosa de vivir lo que he vivido, y más importante que eso, de vivirlo tal y como lo he hecho.
No creo en los arrepentimientos, en eso de "si pudiese retroceder el tiempo no hubiese hecho aquello"; no, soy humana y por tanto imperfecta, pero de cada elección y de cada momento vivido se aprende, y no veo sentido alguno a desprestigiar lo aprendido.
Tengo un objetivo claro: VIVIR -con mayúsculas-, dar siempre lo mejor de mi, y no cansarme de tener aspiraciones.

(((maca)))