La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

miércoles, 25 de abril de 2012

Entraste sin llamar y te vas dando un portazo

La intranquilidad del momento en el que no sabes si esa historia acabará bien o acabará mal, ni si continuará siquiera. La emoción de abrir el correo a ver si te ha escrito, o respirar un par de veces antes de coger el teléfono por si es él el que va a saludarte al otro lado de la línea. Pasar por la calle por la que pasasteis los dos cuando no sabíais ni vosotros mismos qué erais y sentir acidez en todo el cuerpo.
Sentirte absurdo y con cara de idiota por haberte dejado conocer un poco más, por haber pensado que quizá esto era especial, que si tantas cosas geniales decía y hacía era porque le importabas para algo más que para aliviarle el insomnio por una temporada.

Lo peor de todo no es la intranquilidad puntual o esa emoción nerviosa, lo malo es el momento en el que eres consciente de que acabó; eso es lo malo. ¿Lo peor? Lo peor no es haber soñado otro día más a su lado, lo peor, lo que realmente te deja con esa cara de incredulidad absoluta es el hecho de no entender nada y la sensación que eso te provoca. Porque hubo un día en el que te gustaba pero era él quien tiraba, porque te acabo encantando ir cogidos de la mano pero fue él quien te la cogió la primera, segunda y tercera vez. Porque aunque te pusieses roja te gustaba que te mirase y te dijese lo guapa que eres o lo que le gustaba tu mirada o tus labios. Porque consiguió encandilarte y luego te dejó a un lado.


Lo mejor de todo esto no es que sea una experiencia más y por lo tanto algo de lo que uno aprende. Lo mejor de todo es que has dolido, pero solo un día, y ahora vuelvo a ser la misma de siempre.


(((maca)))

viernes, 20 de abril de 2012

El amor es así cuando es real

Una cajita donde guardaba todas sus cartas, llenas de "te quiero" y "no me olvides". Una cajita pequeña de madera, con el cierre color plata y el mapa de un tesoro inventado dibujado en la tapa superior donde ella soñaba cada mañana.
Una vela encendida para no olvidar su nombre, para iluminarle la vida como él lo hacia, para ayudarle a ver aunque solo crea ver sombras y el cielo este ahora más oscuro.
Sin el la lluvia es solo lluvia, sin el no hay risas ni motivos, la comida no es alimento y no hay bebida que no le seque. Sin el su cajita de recuerdos son puñales que hieren pero necesita, el paso del tiempo no cura las heridas y la costra no evita que escuezan.
No quiere abrazos de compasión, ni quiere que le quieran porque no podría sobrevivir si se volviese a ir alguien. No odia a la humanidad, simplemente no quiere querer para que no le duela, no quiere hablar de los sueños que no se cumplieron porque ya le duele bastante imaginar su mirada y no cruzárselo por el pasillo.
Dice que no quiere abrazos porque nadie la abraza como él pero en realidad le encanta saber la cantidad de gente que está dispuesta a abrazarla, a secarle las lágrimas y regalarle mil y una sonrisas. El amor es así, eterno cuando es real y sobrepasa a la muerte.


(((maca)))

martes, 17 de abril de 2012

Forastero

Vuelvo a La Coruña porque ya va siendo hora, porque llevo poco más de tres meses sin venir, y porque ahora tengo el motivo perfecto para volver a veros. Vuelvo a La Coruña porque quiero conocer a mi nuevo sobrino, Gabriel, y porque necesito hacer una entrevista para un trabajo de la universidad. Vuelvo a La Coruña y me recibe tan bonita como siempre, tan húmeda con su lluvia fina, con viejas canciones de Quique y Revolver, con Los Secretos sonando en mi habitación que todavía guarda la agenda del colegio.
Vuelvo a La Coruña y me recibe el más fiel, mi perro, con llantos y saltos, con lenguetazos y panza arriba. Le gusta venir a dormir a mi lado, tumbarse y mirarme pidiendome así que le acaricie y le de mimos. Se nota que me echaba de menos, o eso quiero pensar y creo, porque normalmente no aguanta más de un minuto metido conmigo en la cama y ayer se pegó a mi pecho como si tuviese que protegerle de algo y se puso a roncar.
Para hablar de cosas bonitas, de personas ( a mi perro lo considero casi humano) tengo que hablar también de Gabriel, es pre - cio - so.
La primera vez que lo ví fue a través de una fotografía, no tenía ni una hora de vida y yo ya pude verlo a 600 km de distancia. He tenido la suerte de conocerle a los pocos días de que empiece a respirar en el mundo, me he pasado los días yendo a verle, cogiéndole en brazos y admirandole. Solo duerme, duerme y nada más. Yo le estrujo la cara, le lleno de besos, le peino con raya, le doy besitos por la frente y el solo duerme. Le hablo bajito, le digo que es precioso y me sale llorar como una idiota; como una fanática de Goya delante del cuadro más oscuro de todos.
Mañana me voy, pero tengo toda la noche por delante para dormir acurrucada a mi madre, que es también preciosa, por dentro y por fuera.


(((maca)))

sábado, 14 de abril de 2012

Abuelo, hoy también te echo de menos

Pueden pasar un millón de años que nunca serás mas viejo, puede llover todo lo que la nube quiera y pulir la acera de lágrimas de ángel que tú no vas a envejecer con el tiempo. Ya pueden pasar días y gente por mi vida que tú no vas a irte nunca, no de mi cabeza ni de cada recuerdo tuyo, no tampoco de las expresiones tuyas que repetimos por no olvidarte.
Te echo de menos, aunque no piense en tí las 24 horas del día ni cada noche mire al cielo buscando una estrella que me guiñe un ojo pensando que es tu sonrisa la que brilla allá arriba. Te echo de menos, por ejemplo , ahora: que si estuvieses a mi lado no iría a despertarte para decirte qué siento pero ahora que estás lejos, que no estás pero siempre vas a estar en mi cerebro, me gustaría cogerte y pedirte consejo, que me hablases de lo que te viniese en gana y que como siempre al final me hicieses llorar y reír al mismo tiempo.
Te echo de menos porque es innevitable no hacerlo, porque sin tí la vida es algo más complicada y por que tu lado del sofá sigue estando vació por mucho que vayamos a sentarnos en tu hueco. Te echo de menos porque así te siento más cerca, porque no todos los días me sale sonreír de buenas a primeras y porque cada vez que quiero ver el mar me viene a la mente el color de tus ojos tan intenso.
Estás en el cielo, entre nubes de algodón y ángeles de colores, sé que eres feliz o intento creer que allí dónde estás es todo maravilloso. Me cuesta mucho acostumbrarme a no verte más, a no poder mirarte de frente, a escucharte sin que sea a través de viejas grabaciones.
Y cómo no puedo verte, ni abrazarte, ni aunque vaya a tu casa y espere nunca vas a ser tú quien abra la puerta, me pregunto cómo hay que hacer para aprovechar todo lo que me enseñaste, a toda la gente que tengo ahora y cada posible sonrisa. Seguro que tu respuesta sería, como siempre útil, ojalá algún día alguien confíe tanto en mi como yo en tí y en tus palabras, ojalá, aunque estes lejos, puedas guiarme un poquito por el camino bueno que sabes que a mi se me cruzan siempre en la vida muchos caminitos frágiles, llenos de tonterías.


(((maca)))